En 2018, por primera vez en los casi 100 años de historia de la Academia Nacional de Música “Pancho Vladigerov”, se introdujeron especialidades folclóricas. Los maestros son personas conocidas que, con gran entusiasmo y amor, construirán la base sobre la que se asentarán los futuros profesionales. Tres de ellos hablan sobre la responsabilidad y las dificultades de ser los primeros, así como sobre el próximo concierto de sus alumnos, que tendrá lugar el 29 de octubre en la gran sala de conciertos de la Academia.

Creamos nosotros mismos todos los programas y planes de estudio basándonos en nuestro conocimiento y práctica. Creo que lo que hemos hecho durante muchos años llevará a estudiantes de talento a dedicarse a la música folclórica. En el próximo concierto nuestros instrumentistas interpretarán piezas maravillosas de compositores de renombre, el conjunto de cámara interpretará el “Horó de los Balcanes” de Kosta Kolev y el “Horó de Marudovo” de Nikolay Georgiev, explica Dimitar Hristov, director de la Orquesta de Música Folclórica de Radio Nacional de Bulgaria, profesor de tambura y director del conjunto de cámara instrumental de la Academia.

Sus colegas en las diversas especialidades son el gaitero Petyo Kostadinov, la intérprete de gadulka Hristina Beleva y el intérprete de kaval Nedyalko Nedyalkov (solistas de la Orquesta de Música Folclórica de Radio Nacional de Bulgaria). Esto cuenta Neli Andreeva, desde hace muchos años solista en la Orquesta Filarmónica Nacional “Philip Kutev”, intérprete de conciertos y profesora de canto folclórico:

Por supuesto que es difícil, pero al mismo tiempo es muy emocionante. Cada nuevo comienzo trae nuevas esperanzas y perspectivas, y puedo presumir de tener una clase estupenda. Las chicas son solistas maravillosas y trabajan activamente para elaborar su repertorio. Estoy agradecida de tener la ocasión de trabajar con tantos futuros compañeros de profesión de talento. Espero y creo que los alumnos que participen en el concierto apoyarán este buen comienzo y la ocasión de estar juntos en nombre de nuestra música favorita.

¿Qué piensa “la otra parte"? Marina Marinova, alumna de segundo año que estudia violín y canto folclórico, opina:

Los clásicos son la base que todo músico debería tener, y el folclore da una sensación de libertad sin igual; ambos juntos enriquecen a los artistas. El año pasado, en nuestro primer concierto, interpreté una canción sin métrica vestida con un traje folclórico, acompañándome con el violín. Esto despertó interés en estudiantes de ambas especialidades. Ahora también habrá una sorpresa para los compañeros.

Vanya Moneva, directora del coro de fama internacional que lleva su nombre, enseña dirección de coro folclórico y dirige conjuntos vocales de cámara.

Es un gran placer para mí, afirma. Los jóvenes son el futuro y quiero darles suficientes conocimientos para que se encuentren a sí mismos y que encuentren su camino. Quiero construir en ellos confianza y honestidad con la música, responsabilidad y dedicación. Decidí comenzar con obras de reconocidos compositores búlgaros del pasado reciente que han creado obras únicas: Philip Kutev, Krasimir Kurkchiiski, Nikolai Kaufmann, Ivan Valev, Stefan Kanev, Kosta Kolev y otros. Después haremos piezas nuevas. En mi opinión, es una muestra de valor por parte de los jóvenes dedicados al folclore búlgaro que elijan estudiar en la Academia. No estamos en una facultad aparte, las especialidades son parte de los respectivos departamentos, los alumnos estudian todas las materias incluidas en el programa de instrumentistas clásicos y vocalistas. Para el próximo concierto he seleccionado un programa variado con piezas de todas las regiones folclóricas de Bulgaria para lucir la capacidad de los jóvenes cantantes de actuar en grupo. Por supuesto, habrá canciones solistas acompañadas por alumnos de diversos instrumentos, actuaciones de conjuntos de cámara, y culminará con una actuación de todos los cantantes y toda la orquesta. Estoy convencida de que ofreceremos una verdadera fiesta musical a nuestro público y a la Academia.

Versión en español por Marta Ros