En una entrevista para el programa Jorizont (Horizonte) de Radio Nacional de Bulgaria (BNR, por sus siglas en búlgaro), Kristalina Gueorguíeva, presidenta y directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), comenta el futuro de Bulgaria en la zona del euro y otros temas de actualidad de la economía mundial. Para Bulgaria entrar en la Eurozona ahora es mejor que en el pasado precisamente por las mayores turbulencias en el mundo, dijo Gueorguíeva.

Impuesto progresivo o plano

En opinión de Gueorguíeva, un impuesto progresivo razonable no obstaculiza, sino más bien ayuda el crecimiento porque hace disminuir la desigualdad social.

La desigualdad en Bulgaria es relativamente mayor que en otros países comunitarios, por eso se debe pensar en cómo resolver el problema. No quisiera hacer declaraciones en uno u otro sentido, porque esta es una valoración a la que hay que proceder con suma atención y calculando los beneficios y los riesgos, así como si no existen otros instrumentos disponibles, por ejemplo la forma de encauzar los gastos del presupuesto, ha comentado Gueorguíeva, subrayando más adelante que la educación de los niños de 0 a 5 años debe ser una prioridad del Estado, pues a esta edad es cuando comienza uno a formarse como persona.

Las políticas verdes: un incentivo para las inversiones

La Directora Gerente del FMI ha advertido que Bulgaria no debe olvidar las políticas verdes, ya que la economía baja en carbono será un nuevo incentivo para las inversiones y contribuirá a la creación de nuevos puestos de trabajo. Ella confía que Bulgaria sabrá encontrar su lugar en este nuevo nicho de competividad.

La lucha contra los cambios climáticos: una causa personal

Los cambios climáticos son un gran desafío, pero también una oportunidad para adelantos en nuestras economías. No cabe duda que la transición a una economía baja en carbono será bastante dura para algunos, pero esto redundará en cambios positivos para la sociedad, ha destacado Kristalina Gueorguieva.

Hace años, cuando leía un informe que confirmaba todos nuestros pronósticos en cuanto a los cambios climáticos e incluso superaba lo que realmente sucedía, no dejaba de pensar en mi nieta y que cuando ella cumpliera los 20 años, 100 millones de personas vivirían ya en la miseria debido a los cambios climáticos. Al llegar a los 40, habría por lo menos 130 millones de refugiados climáticos del Oriente Medio y de África y cuando tuviera 90 años, si no tomábamos las medidas necesarias, el planeta sería 3 ó 4 grados más caliente y la vida sería casi imposible, prosigue Gueorguíeva, y agrega que la introducción paulatina de un impuesto sobre las emisiones de hidrocarburos haría predecible la situación y fijaría el precio de dichas emisiones. El dinero de dicho impuesto debería invertirse en tecnologías verdes, así como en actividades que reduzcan el peso sobre la gente que cargará con este gravamen.

“Bala de plata” para el bajo crecimiento, los bajos tipos de  interés y la inflación

Estamos buscando la “bala de plata” con la que contrarrestar el bajo crecimiento, los intereses bajos y la inflación que impiden el dinamismo de la economía. Esta bala se esconde tal vez en la transformación a una economía baja en carbono que proteja el clima, dice la Directora Gerente del FMI.

Bajos tipos de interés también este año

El Fondo Monetario Internacional ha advertido que la economía mundial está entrando en una desaceleración sincronizada, a lo que los bancos centrales han reaccionado de forma también sincronizada, ha explicado Kristalina Gueorguíeva. También este año hay que mantener bajos los intereses, para poder garantizar un leve crecimiento del 3,3% al máximo, ha subrayado, sin ocultar que esta solución trae consigo dos problemas:

El primero es que los bajos tipos de  interés significan moneda barata y apetito de créditos. Hoy el dinero prestado a escala mundial suma ya los 188 trillones de dólares, lo que es más que antes de la crisis de deuda. Esto supone un gran riesgo para las economías de un 43 % de los países pobres. Y el segundo problema es que cuando los intereses son bajos, buscamos otras fuentes de ingresos, lo que trae consigo mayores riesgos. Esta acumulación de riesgos concierne a todas las economías, sobre todo las de la Eurozona, donde tenemos intereses bajos y negativos.

Sin embargo, según Kristalina Gueorguíeva, de momento no hay razones para pensar que nos espera una sacudida seria.

Versión en español de Katia Dimánova