En estos días de dura crisis causada por el coronavirus se han multiplicado los sondeos sociológicos sobre lo que los búlgaros opinan de lo que está ocurriendo en su alrededor y con ellos mismos. Cobran protagonismo las cuestiones que atañen a los problemas de la salud y las medidas de las autoridades tendentes a limitar el perímetro y mitigar los golpes asestados por Covid−19.
Los búlgaros andan preocupados en igual medida por su salud y por su trabajo, por sus ingresos y por las posibilidades de llevar una vida normal. Pese a los problemas e incomodidades por el estado de emergencia nacional, más de tres cuartas partes de la población aprueba las medidas anticrisis del Ejecutivo, señala un estudio efectuado por la Gallup International.
Los búlgaros, en su abrumadora mayoría, estiman que la economía aborda un período de dificultades y que cabe esperar fenómenos como el paro, el descenso de las rentas, dificultades en surtirse de los bienes de consumo y servicios, indispensables para la vida diaria, déficit de fármacos, etc. La tensión se disparó tras anunciar el Banco Mundial sus expectativas de un encogimiento de la economía búlgara en un 3% en 2020. Un sondeo del Centro de Investigaciones Trend arroja un aumento de la ansiedad por las consecuencias socioeconómicas debidas a la situación originada por Covid−19, y la gente coloca el primer lugar el peligro de verse en el paro. Lo confirmó la propia ministra de Trabajo y Política Social, Denitsa Sácheva, al señalar que desde comienzos de la crisis hasta finales de la semana pasada se registran diariamente en las oficinas de empleo unos 4 000 nuevos parados. Google ha calculado que los desplazamientos a los puestos de trabajo se han reducido en un 29%. Según el sondeo de Trend, únicamente un 25% de los encuestados dice no esperar que la crisis afecte a su empleo. El mismo sondeo pone de relieve que un 43% estima que sus ingresos bajarán por Covid−19.
Son similares en este sentido también los resultados recogidos por la Gallup International, según la cual más de un tercio de los búlgaros espera que sus ingresos vayan a mermar tras la implantación del estado de alarma nacional. Casi una cuarta parte de los entrevistados cree que esto sucederá muy en breve.
Estas tendencias vienen siendo corroboradas también por la agencia demoscópica Afis, según la cual un 31% de los búlgaros en medio de la crisis actual tiene ánimos catastrofistas y espera perder un porcentaje considerable de sus ingresos. Un 37% estima que se verá parcialmente empobrecido, y sólo un 32% no admite que pueda haber cambio en el monto de sus ingresos.
También han efectuados sondeos demoscópicos una serie de organizaciones empresariales y sindicales, y hasta lo ha hecho la Facultad de Filosofía de la Universidad de San Clemente de Ohrid, en Sofía. Un estudio de la Cámara de Industrias de Bulgaria arroja que apenas un 8% de los empleadores está propenso a aprovecharse de la medida 60/40, que es, sin embargo, la herramienta principal en el plan del Ejecutivo por combatir el desempleo, al contemplar que el Estado abone el 60% de los sueldos y los seguros de los empleados, amenazados por despido, en firmas afectadas por la crisis. Con la existencia de más de 300 000 empresas en Bulgaria, hasta finales de la semana pasada solamente 2 016 de una plantilla global de 30 000 trabajadores habían mostrado interés por este plan.
Un sondeo de la Confederación de Sindicatos Independientes de Bulgaria confirma, por su parte, la tendencia que se perfila de que un 78% de las empresas afectadas dejen a sus trabajadores salir en licencia retribuida, y un 24%, en no retribuida, y un 13% de las empresas recurrirá a recortes de plantilla. El porcentaje es superior al 100% ya que en el transcurso del sondeo a algunas de las preguntas hechas se daba más de una respuesta. Los sindicatos consideran que en lo que queda de año se habrán quedado sin empleo en Bulgaria más de 300 000 personas, del total de 2 320 000 contratadas a nivel nacional. Entretanto, los estudios de la Facultad de Filosofía ya citada han establecido que las expectativas más frecuentemente mencionadas sobre las secuelas de la crisis −un 73,2 % de los entrevistados− son que se produzca un desastre financiero y económico a escala mundial.
El que la situación en el plano económico en el mundo entero no ande color de rosa lo ha confirmado, asimismo, la directora del FMI, la búlgara Kristalina Gueorguíeva, según la cual la pandemia global del coronavirus provoca una crisis económica inédita hasta ahora y reclamará una respuesta masificada con vistas a conseguir la recuperación. Gueorguíeva ha alertado que el crecimiento global se convertirá en bruscamente negativo en 2020 y que 170 de los 180 países miembros del FMI sentirán una bajada de las rentas per cápita.
Versión en español por Mijail Mijailov
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