Cuando la pandemia de Covid–19 limitó el transporte aéreo por el mundo entero, muchos vuelos internacionales fueron cancelados y muchas personas resultaron atrapadas en los aeropuertos. Por un lado, no podían abandonar el Estado en que se encontraban por asuntos de trabajo o de excursión, por otro, los hoteles estaban cerrados. De este modo el único asilo posible pero ilegal resultaron ser los aeropuertos cerrados.
En una situación así se vio metida en el Aeropuerto Internacional "Ben Gurión" de Tel Aviv una muchacha sordomuda cuyo vuelo fue cancelado. Sólo podemos imaginarnos cómo se sintió cuando, en vez de subir al avión a Bulgaria, resultó estar bloqueada en el aeropuerto. Ella ni siquiera entendió que había sido decretado estado de emergencia a causa de la pandemia. Era imposible regresar a Tel Aviv debido a las medidas epidémicas severas de las autoridades hebreas.
Es un verdadero milagro cómo la búlgara logró pasar nada menos que cinco días en el aeropuerto hasta que conoció a un ciudadano ruso que informó a la Embajada búlgara en Tel Aviv de que ella se encontraba en el aeropuerto. La información sobre la ciudadana búlgara fue recibida por Nikolay Zashev, jefe del Consulado de la Embajada, que inmediatamente entró en contacto con ella.
“Ese mismo día fui a visitarla en el aeropuerto y le llevé comida. Era durante el periodo de la cuarentena. Ella estaba en un estado muy desagradable ya que no podía comunicarse con el resto de las personas. Había llegado a Israel como turista y cuando quería regresar entendió que el vuelo de la compañía aérea búlgara había sido cancelado. Hicimos todo lo posible para resolver su caso. El embajador repartió las tareas y comenzamos a buscar el primer vuelo posible para que ella pudiera retornar a Bulgaria”.
La primera variante para la repatriación de la búlgara era al cabo de tres días, lo cual significaba que tenía que quedarse tres días más en el aeropuerto. Una empresa turística local le encontró billete y así ayudó para el feliz desenlace del caso. A pesar de que tenía que hacer escalas en Minsk, París y Barcelona, esa era la única posibilidad.
“Durante todo el tiempo estaba en contacto con los mis colegas cónsules de Minsk y París que también cooperaron para su exitoso regreso a casa. Posteriormente, uno de los vuelos parisienses también fue cancelado. Inmediatamente nos comunicamos con ella y le ayudamos a continuar. Después de todos los altibajos ella regresó a Bulgaria sana y salva. Confirmó su llegada y me agradeció. No califico lo que hice como una valentía. Lo habría hecho por cualquiera. Es que su caso es más peculiar”, concluye Nikolay Zashev.
Esperamos que la historia de la turista búlgara en Israel sirva como una señal de acción para toda persona que esté en una situación similar. Es recomendable que tengamos con nosotros los teléfonos actuales de las misiones diplomáticas de nuestro país de procedencia en el país que visitamos. Y no debemos dudar en buscar ayuda en caso de necesidad.
Versión en español de Hristina Táseva
Fotos. EPA/BGNES
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