El 70% de las explotaciones ganaderas del país no pueden cumplir con los requisitos reglamentarios y registrarse bajo la Ley de Actividad Veterinaria. Si no lo hacen, pasarán a formar parte de la economía sumergida. Se trata de entre 5,000 y 7,000 granjas. Es lo que ha manifestado a Radio Nacional de Bulgaria Simeón Karákolev, copresidente de la Asociación Nacional de Criadores de Ovinos y Caprinos. En sus palabras, esto impide el acceso de las granjas a la financiación europea. “El resultado es como una “trampa 22”, ya que para modernizarse, las granjas que cumplen con los requisitos básicos de seguridad ecológica, tienen que postular a dinero europeo. Sin embargo, para poder hacerlo, deben estar registradas”, ha comentado Karákolev.