El aumento vertiginoso del número de personas contagiadas de coronavirus en Bulgaria pone de relieve multitud de problemas. El déficit de personal sanitario se vuelve palpable, se van ocupando con rapidez todas la camas en las unidades de Covid–19, los médicos disponibles están al borde de sus fuerzas y, agravado todo ello, por la escasez de una sustancia importante para el tratamiento: el plasma sanguíneo convaleciente.
El Ministerio de Sanidad no deja de exhortar a que se hagan donaciones de plasma convaleciente. Ya en el pasado mes de marzo en Facebook se formaba un grupo especial de la Asociación "Tratamiento de Covid–19 por Plasma Convaleciente", al que están afiliadas todas las personas deseosas de ser donantes. Ya se conoce que el grupo sanguíneo más solicitado es el А+. La exhortación a donar plasma convaleciente se está volviendo cada vez más insistente ya que está demostrando ser un método que salva vidas.
Radoslav Tsvetkov, de 33 años de edad, ya ha donado plasma dos veces. Se infectó con el coronavirus el verano, y al enterarse de la posibilidad de donar plasma, no lo pensó dos veces y se incorporó a la campaña de donación. ”Si hubiera necesidad, lo volvería a hacer”, ha dicho a Radio Nacional de Bulgaria, y ha explicado que la recogida de plasma es un proceso indoloro y tolerado por el cuerpo.
Resulta, sin embargo, que los donantes afrontan algunos impedimentos. ”Existe una necesidad apremiante de plasma convaleciente en el Centro Nacional de Hematología. Pueden venir donantes de todo el país, nosotros sufragamos los gastos de viaje”, comenta la doctora Pavlina Mijáylova, presidenta de la Asociación Tratamiento de Covid–19 por Plasma Convaleciente. Señala que a finales de la semana pasada hubo peticiones de plasma para el tratamiento de médicos gravemente enfermos, llegadas desde las ciudades de Gábrovo, Burgás, Varna, Plovdiv y que pese al deseo de numerosos voluntarios de donar plasma, éstos se vieron imposibilitados de acudir por encontrarse cerradas las puertas del citado centro.
El Centro Nacional de Hematología Transfusional de Sofía es el único lugar donde se puede donar plasma sanguíneo en Bulgaria, pero su horario laboral entre semana, de las 08:00 a las 15:00 horas, genera inconvenientes para quienes desean cumplir con su deber humanitario. Otra limitante complementaria es que el centro se encuentra cerrado los fines de semana. Por lo demás, el procedimiento dura unos 40 minutos, y para someterse al mismo, uno debe estar sano y haber transcurrido al menos 40 días desde su prueba PCR positiva. Este test se presenta como prueba de que el plasma sanguíneo contiene anticuerpos concretamente contra la Covid–19.
Un problema de peso al que se enfrenta toda persona que decida donar plasma es la falta de actualización de los criterios del tope de edad y de las condiciones a las que uno se habrá de ajustar para ser donante. De momento la edad máxima es de 55 años, pero según la doctora Pavlina Mijáylova, esto debería cambiar.
“Los criterios se redactaron el pasado mes de mayo y desde entonces la situación ha ido cambiando −explica la Dra. Mijáylova− . Mucha gente dice: ”Yo tengo 59 años, tengo 60 años de edad”. Sería bueno que tales personas también pudieran donar plasma sanguíneo. He estudiado el tema y he comprobado que en Gran Bretaña no existe tal tope de edad. Es sabido que mientras mayor sea la edad de uno, más duro lo tendrá con la enfermedad, pero así tendrá más anticuerpos, o sea, su plasma sanguíneo acabará siendo más eficaz”.
La Dra. Pavlina Mijáylova ha descrito todos estos problemas en detalle en una carta enviada al primer ministro Boyko Borisov y a las instituciones responsables en el país, pero por el momento no hay comentarios o reacciones de ellos sobre el caso.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: EPA/BGNES, archivo
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