Ancianos carialegres cantan y ríen, olvidando la vejez, el confinamiento y la soledad. Con las miradas fijas en la pantalla frente a ellos, algunos marcan el compás, otros dan palmadas al ritmo de la música y hay quienes incluso improvisan tímidos pasos de baile. Es la imagen real en algunos residencias de mayores en Bulgaria. Sus habitantes pueden sentirse especiales, aunque sea por poco tiempo. 

Normalmente el motivo es el cumpleaños de alguno de los inquilinos, y el papel del hada buena que aparece en la pantalla para cumplir el deseo musical del cumpleañero está protagonizado por la joven actriz y cantante Sandra Petrova.

“Fue un poco insólito, sobre todo a principios de la pandemia, cuando los habitantes de los hogares para ancianos no manejaban bien Internet. Sin embargo, con el tiempo, algunos de ellos, con la ayuda de los trabajadores sociales, aprendieron a establecer una buena conexión en línea y a conectar los ordenadores al televisor para poder verme en una pantalla mayor”, cuenta Sandra.

Sus reuniones musicales en línea son parte de Transmite Adelante, una causa benéfica en ayuda a las personas en apuros y desventaja, como lo son los residentes de hogares de ancianos en Bulgaria.

“A pesar de la conexión remota, las personas mayores consiguen compartir conmigo cosas importantes que también se vuelven importantes para mí −comenta Sandra− . Me he dado cuenta de que necesitan más atención y que nosotros en nuestro día a día agitado nos olvidamos a dedicarles un poco de tiempo. Ellos no necesitan mucho. Basta con llamarlos, preguntarles cómo están, mostrar interés por su vida. La gente mayor sí tiene qué contarnos”.

La mayoría de las veces le piden a Sandra que cante algo del repertorio de Lili Ivanova, la gran dama de la música pop búlgara. Las canciones folclóricas y las viejas canciones urbanas −un estilo musical búlgaro muy popular en los años 30 y 40 del siglo XX− también son muy solicitadas.

“Cuando me piden una canción concreta y la aprendo para ellos, las cosas se vuelven aún más especiales. Pero Lili es su favorita. Es que ha logrado capturar el tiempo de estas personas y parece que lo hubiera congelado. Al escuchar alguna de sus canciones, de inmediato se ponen a bailar”, dice Sandra.

En estos tiempos de pandemia, los habitantes de las residencias son las más afectadas por el cierre. “¿Si están tristes? Cuando interpreto algunos temas, puedo verlos volver a su juventud y se nota cierta tristeza en ellos”, confiesa Sandra.

El Bien es contagioso. Trae alegría tanto a los necesitados como a las personas que obran el bien. Ahora Sandra se ha inspirado en otra idea más para hacer felices a los ancianos en vísperas de la Navidad. Actualmente está trabajando en una grabación de estudio de un concierto con sus canciones navideñas favoritas, en el que la acompañarán tres músicos jóvenes.

“Podríamos interpretar las canciones en línea, pero hemos decidido que sería más conveniente grabarlas para que puedan escucharlas cuando quieran−explica la joven cantante y actriz− . Además, tenemos otra idea y ya estamos empezando a trabajar en su realización. Consiste en ofrecer una oportunidad a los donantes que así lo deseen, a darle alegría a las personas mayores de la residencia contratando músicos. Con estos músicos podrían organizarse veladas de música latino o de viejas canciones urbanas, según las preferencias de los habitantes del hogar”.

A medida que se acercan las fiestas de Navidad y Año Nuevo, que este año serán muy diferentes a causa del cierre por Covid−19, las personas mayores, al igual que todos nosotros, anhelan un poco de alegría, felicidad, música y sueños. Y en Navidad suelen ocurrir milagros.

Versión en español de Hristina Táseva