La Iglesia Ortodoxa venera la memoria de san Esteban, el primer mártir de la cristiandad, el 27 de diciembre.
Reza lo siguiente el *tropario interpretado en honor a san Esteban:
“Tu hazaña es de honrar, primer mártir cristiano nuestro.
Desenmascaraste a tus indignos torturadores
Y fuiste lapidado por manos arbitrarias y despóticas.
Recibiste una corona de la diestra de Él que está en las Alturas
Y te dirigiste al Señor clamando:
“¡Señor, no les tengas en cuenta este pecado!”
Tal como se lee en su hagiografía, Esteban (en búlgaro Stefan) era muy celoso en los oficios, un verdadero ejemplo de misericordia y paciencia. Es uno de los primeros siete diáconos iniciados en la fe por los primeros apóstoles. Al igual que Jesús y sus discípulos, obraba milagros, colocando sus manos en enfermos que luego sanaban. Estaba entre los adeptos más fieles del cristianismo y por medio de sus palabras y obras hacía que más y más gente se convirtiera. Los judíos acaudalados quisieron impedir esto. Calumniaron a Esteban, azuzaron a la multitud en su contra y lo llamaron ante el tribunal. Defendiendo la fe cristiana, él inició un debate con los poderosos, acusándolos de haber matado al Salvador. Encolerizados por sus palabras, lo llevaron a las afueras de la ciudad, donde fue lapidado. Durante todo este trance el archidiácono oraba, pidiendo a Cristo que acogiera su alma. Esto ocurrió en el año 37 de la nueva era. Uno de los más airados de sus perseguidores era un joven de nombre Saulo que posteriormente se convierte al cristianismo y en un fervoroso predicador: el apóstol san Pablo. Cuenta la leyenda que la Virgen María y san Juan Evangelista oraban por Esteban, observando desde la lejanía su martirio. Muriendo, el santo se dirigió el Señor pidiéndole que perdonara a sus enemigos.
En griego, Stefan significa “corona”. Se considera que el nombre del santo es una traducción del nombre arameo Kelil (kelila − corona). Otra leyenda reza que al descubrirse las reliquias del santo, se encontraba en la tumba una placa en la que figuraba el nombre de Kelil, por lo cual algunos investigadores piensan que se trata del nombre de nacimiento del santo.
San Esteban o Stefan es patrono de numerosos templos búlgaros, incluido uno de los santuarios de la lucha por la independencia de la iglesia búlgara: la Iglesia de Hierro de san Esteban en Estambul.
La tradición popular no incluye ritos especiales para el día de san Esteban, por lo menos no figuran tales en los trabajos de los primeros etnógrafos búlgaros, que siguen siendo el punto de partida de las investigaciones sobre el sistema ritual festivo búlgaro. Independientemente de ello, el Día de san Esteban o Stéfanovden se recibe con una mesa profusamente servida, algo obligatorio en casa de quienes llevan el nombre de Stefan, Stefana, Stefka, Venko, Stoyán, Stoyko, Stoíchko, Stoímen y todos los nombres derivados de estos. ¡Feliz fiesta para todos ellos!
*Tropario– breve pasaje que se canta o reza antes y después de los salmos y de los cánticos en las horas canónicas
Adaptado por Abena Bézovska
Versión en español de María Páchkova
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