Guitarrista y cantante de estilo original, Nikola, y desde hace poco también su grupo Cool Den, integran la lista de los fenómenos musicales más interesantes de los últimos años a nivel nacional. Llegó a la capital para cursar sus estudios en la Universidad de Sofía y pronto ha ido cobrando popularidad entre el público joven. Las extravagantes letras de sus canciones y sus ocurrencias, a veces francamente alocadas, lo han convertido en un intérprete de clubes muy solicitado y querido. Es sabido que por diversos motivos la mayoría de los locales con música en vivo ocupan niveles subterráneos. Por eso Nikola bromea diciendo que holgadamente podría ser catalogado como parte del underground búlgaro.

No obstante, si decidimos poner etiquetas, hemos de reconocer que él, como tanto otros artistas jóvenes de calidad, realmente intenta ser una alternativa a los gustos del público masivo, a lo “pulido” y lo comercial en la industria musical.

„Ya sea actuando frente a dos o veinte mil espectadores, el músico ha de tocar de la misma manera, de lo contrario queda privado de integridad –es la profunda convicción del artista– . En cuanto a lo que estamos haciendo yo y mis colegas, es algo que se remonta a la prehistoria y los cromañones, quienes, después de deshuesar y comerse un mamut, sentados alrededor del fuego en la cueva empiezan a dar golpes en unos troncos. Podría sonar cómico, pero la música siempre ha de ser orgánica, natural… Me gusta manejar las metáforas porque creo que el humor es una buena técnica para aligerar cualquier situación, no importa cuán grave sea. Las metáforas entretejidas en una canción ayudan a superar un problema concreto de manera distinta, le hacen pensar a uno que hay hacer algo para cambiar las cosas o para experimentar mayor alegría. Siempre ha sido natural para mí que un tema social impulse mi energía creativa”.

Impresiona sobremanera el tema The Man With the Lion’s Jump, dedicado al héroe nacional búlgaro Vasil Levski y escrito tal vez intencionadamente en inglés para contar a un auditorio más amplio del autosacrificio y el heroísmo del „hombre del salto de león”. Los temas de marcado contenido social e incluso político van acompañados de melodías o fórmulas verbales que se han establecido en el espacio público con el sello de „ música para consumo masivo”.

„Algunos temas son muy serios, otros deben entretener a la gente, hacerla reír y bailar –dice Nikola– . Es muy importante enfocar siempre las cosas con estilo. Se puede decir algo de una manera grosera y cínica, pero también de forma indirecta, como una insinuación, así lo dicho cobra mayor valor. Curiosamente, la edad de los admiradores de Cool Den oscila entre los 5 y 65 años. No tengo explicación a qué se debe eso, pero evidentemente todos y cada uno descubren algo para sí mismo y esto nos da mucha alegría.”

„Al menos en mi vida las circunstancias han concurrido así y todo ha sido supeditado a la relación con la gente. Una amistad trae otra. Todo es amistad y cálidas relaciones humanas. Nunca hay que perderlas”, comenta Nikola.

En la actualidad, los muchachos de Cool Den están trabajando en su segundo álbum y, paralelamente, en los videos para las canciones del primero. Están agradecidos a MUSICAUTOR, la organización profesional de artistas búlgara que gestiona los derechos de autor, por la subvención que les otorgó para lanzar su primer álbum, y esperan poder conseguir dinero para su próximo proyecto. La unión entre los músicos jóvenes del género es la vía hacia un futuro más claro, opina Nikola:

Versión en español de Rumen Grigorov

Fotos: Victoria Vucheva