Símbolos prehistóricos en los bordados de la región de Sofía es un estudio muy interesante. El libro consta de dos partes y su autora es Yulia Bóeva. Se graduó por la Academia Nacional de Música de Sofía, es doctora en Teoría del Arte y durante años es investigadora asociada en el Instituto de Investigación Científica de la Cultura, adscrito a la Academia de Ciencias de Bulgaria. Tras el cierre del Instituto se desempeña como artista autónoma, organiza exposiciones individuales y participa en muestras conjuntas en el país y en el extranjero. Es autora de cinco libros dedicados a la sabiduría de la época del Neolítico, conservada a lo largo de los milenios.
“Comencé por los signos prehistóricos en sí mismos −cuenta la autora del libro Símbolos prehistóricos...− Desde siempre me ha interesado la arqueología y en concreto la época del Neolítico. A una edad relativamente temprana, conocí el significado de uno de los signos más característicos de la cultura prehistórica, y así comencé a observar y llegar a distintas conclusiones. En 2010 publiqué una monografía sobre el sistema semiótico durante el Neolítico, titulada La sabiduría de la gran madre. En ella hago paralelismos con fenómenos del arte tradicional, pero sin dedicarle suficiente atención. De repente, en una exposición en el Museo Etnográfico, vi en los elementos de un bordado símbolos prehistóricos: una diosa naciente y cabezas cornudas. La misma combinación, fechada en el sexto milenio antes de Cristo, fue descubierta en Anatolia, en Turquía. Me planteé descifrar el significado de esta combinación, que obviamente era muy importante para haber sido conservada durante nada menos que ocho milenios”.
Inspirada por este descubrimiento, Yulia comenzó a colectar fotos de bordados. Primero analizaba y sistematizaba los bordados geométricos, ya que en los bordados existe una decena de variedades de la cruz, idénticas a los signos prehistóricos, incluidas las esvásticas.
“Es sorprendente que en los bordados se hayan conservado las ideas principales y las regularidades de la cultura prehistórica −prosigue Yulia− . La cultura rural se originó durante el Neolítico, se establecieron tradiciones que tenían que ser acatadas. Esto se refiere sobre todo a las artes y destrezas femeninas, que se han mantenido al margen de los cambios impuestos por la vida pública. Por razones históricas, en Bulgaria se han conservado un gran número de costumbres antiguas, trajes tradicionales, etc., y los bordados eran un elemento obligatorio de la indumentaria de los búlgaros; se consideraba que la ropa sin bordados no está lo suficientemente protegida, por esto los bordados enmarcan todas las aberturas del traje tradicional.
Uno de los símbolos característicos es el signo con la forma de una cruz. Sirve para orientarse en los puntos cardinales, en la marcha del sol, en la vida humana, es un signo de lo correcto, una alusión a lo cósmico. En la región de Sofía apareció la denominación elbétiza: es un elemento que representa una combinación cruciforme de cuatro aves y cuatro imágenes de la diosa con las manos alzadas.
Analicé una serie de este tipo de bordado de la región de Sofía y pude concluir que presentan el origen y el desarrollo del mundo desde un punto que va aumentando, expandiéndose en los cuatro puntos cardinales en la forma de cosmos. En una etapa de este desarrollo geométrico, aparecen las imágenes de la diosa en los cuatro (u ocho) puntos cardinales. En la cultura prehistórica la diosa encarna al mundo entero.
A juicio de Yulia Bóeva, la gente del Neolítico sin duda sabía lo que significan los símbolos. Poco a poco, este conocimiento comenzó a desaparecer, pero las mujeres, recreando exactamente las imágenes heredadas, conservaron con ellas la idea de la correspondencia entre el mundo y el ser humano. Estos signos son una forma de consciente desafío, así como de conservación del orden en el mundo y en la sociedad rural tradicional.
Versión en español de Hristina Táseva
Fotos: Yulia Bóeva
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