La gaita de mayores dimensiones, la más pequeña o la más extraña, son todas ellas sendos frutos de su trabajo, pero no las únicas. Con el paso de los años este artesano ha manufacturado con sus diestras manos centenares de gaitas. No ha parado de fabricarlas, pese a la pandemia de Covid–19. A cualquier hora del día hay animación en el pequeño taller del barrio Ráykovo de la ciudad de Smolan. El octogenario Jristo Topchíev está allá cada día, fabricando instrumentos para cumplir pedidos que le llegan de todos los rincones del mundo. Parece que ahora, en plena pandemia y por los confinamientos que ella impone, la gente dispone de más tiempo para la música y la autoformación.
Por los contagios de coronavirus han sido cancelados los ensayos de la legendaria orquesta "100 gaitas kabá" de la que este hombre es integrante desde hace muchos años. Por esto ahora se dedica de lleno a la fabricación de este instrumento típico de los montes Ródope. “Actualmente todo se hace en línea, a través de Internet”, dice Jristo. La gente se vale de esta vía electrónica para hacer sus pedidos.
Este gaitero de Smolan también enseña a tocar la gaita a gente joven entusiasmada con este instrumento. Estas personas le mandan sus grabaciones por correo electrónico, y él les enseña por teléfono cómo extraerles los mejores sonidos a sus instrumentos. En YouTube se está haciendo viral su lección en vídeo de 45 minutos en la que explica todos los pasos que hay que seguir, desde el comienzo hasta el final, en la fabricación de una gaita kabá.
El sonido que emite la gaita hace que uno se estremezca y vuela en alas de su imaginación sobre las crestas montañosas con caseríos dispersos por las laderas del monte. La gente desea poseer este instrumento y, tocándolo, intentar recrear el cuadro sonoro de los montes Ródope:
“Me llaman desde Sofía, Plovdiv, Kyustendil, desde todo el país, de todas partes. También he recibido llamadas desde Alemania. En cualquier parte del mundo hay gaitas hechas por mí: en EE.UU., en China, en Japón –va enumerando el maestro artesano– . A esas personas, tras ver y escuchar las interpretaciones de nuestra orquesta "100 gaitas kabá", les entran ganas de poseer y tocar ellas mismas tal instrumento. Hacen una acertada elección, ya que la gaita de la montaña Ródope es la mejor. Tiene una sonoridad estupenda. Además, su timbre es agradable, no es estridente como el de las gaitas de otras regiones del mundo sino que tiene una tonalidad baja”.
En Bulgaria se pueden contar con los dedos de una mano los maestros gaiteros. Jristo Topchíev es uno de ellos. Su pasión por tocar este instrumento y su inventiva en la fabricación le han llevado a dar a la gaita múltiples formas. En un momento, en el pasado, le dio por fabricar la gaita de mayores dimensiones. ”Era de un metro sesenta, alargada y muy ancha. La hice empleando piel de macho cabrío. Su sonido no difiere del que emiten las tradicionales gaitas kabá, tiene el mismo tono bajo pero tiene el fuelle muy grande”, explica Jristo Topchíev.
Luego se le ocurrió la idea de fabricar la gaita más pequeña. Utilizó testículos de chivo para hacer el fuelle. Ni con aquello le bastó: ”Así hice una gaita más pequeña todavía, la llamé gaita enana. Eché mano de la ubre de cabra, del pezón por donde sale la leche. En él instalé, de la misma forma en que se hace con las gaitas profesionales, la pieza que sirve para la emisión del sonido”.
Por su estrafalaria gaita enana, que cabe en la palma de una mano, este hombre de la zona de los montes Ródope incluso llegó a ser candidato al Libro Guinness de los Récords. Y no ha parado ahí ya que ha conseguido inventar un instrumento híbrido, mitad kaval (flauta pastoril búlgara), mitad gaita. Lo ha bautizado Pito de los montes Ródope. Uno sopla por una boquilla y de la gaita salen 3, 4 y hasta 5 sonidos distintos, en función de número de roncones que haya puesto el maestro fabricante de gaitas.
En el pequeño taller que tiene en el barrio Ráykovo, Jristo Topchíev elabora asimismo vistosas bolsas de gaita. Para decorarlas emplea sus propias soluciones artísticas valiéndose de abalorios. Apenas consigue dar abasto a la lluvia de pedidos que le llegan del mundo entero. Dice el ahora que está muy impaciente por ver el término de la pandemia y poder volverse a reunir en los ensayos con sus compañeros de la orquesta 100 gaitas kabá. También se muestra expectante de las certámenes folclóricos estivales en los que pueda compartir en vivo y en directo su música con los aficionados a fabulosa gaita kabá de los montes Ródope.
*La gaita kabá se caracteriza por su tono bajo y por ser típica únicamente de la región de los montes Ródope en Bulgaria
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos de archivo, cortesía de Jristo Topchiev
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