Diana Dimitrova crea bordados con tapas de plástico, transmitiendo los mensajes codificados de las búlgaras con la ayuda de un material moderno. Sus paneles embellecen el cerco del parque ecológico de su ciudad natal, Elín Pelin, y con la ayuda de sus bocetos los bellos bordados reviven el espíritu búlgaro en escuelas y casas de cultura en diferentes poblaciones del país.
Pese a tener una vida acomodada en los EE.UU. y una familia feliz con tres hijos, después de haber pasado 10 años en el continente norteamericano Diana decidió regresar a Bulgaria. “Volví a mi ciudad natal, Elín Pelín, y mi corazón retornó a casa”.
Una de las primeras tareas que acometió fue recolectar firmas para la construcción de una guardería infantil nueva. Poco después el alcalde de Elín Pelin entró en contacto con ella y la invitó a ocupar el cargo de Experto senior de relaciones públicas en el Ayuntamiento. Así Diana comenzó a trabajar a favor del cambio volviéndose embajadora del bien.
“A nuestro alrededor suceden tantas cosas bellas pero parece que nosotros hemos olvidado ponernos las gafas para verlas, dice ella. Me parece que no nos damos cuenta. Paseen por la calle y sonrían a alguien, sin causa, y les devolverá la sonrisa. Esto puede animarte no obstante el duro día que has tenido. Debemos hacer cosas pequeñas como por ejemplo, respaldar a nuestros hijos cuando hacen algo útil. Cuando se han portado bien debemos alabarlos y ellos pensarán en ello y seguirán portándose bien”.
Aparte de su trabajo en el ayuntamiento, Diana ha encontrado otro campo donde puede ser útil para la sociedad: mostrar a los niños las tradiciones y el folclore nacionales. Le sirvió de inspiración una visita en el zoo de Sofía. Allí Diana vio paneles con las imágenes de animales elaboradas de tapas de plástico. Comenzó a utilizar la misma tecnología al elaborar sus paneles con bordados y además fue invitada a pintar las figuras por las fachadas de los edificios públicos en la región. Realizó los primeros paneles para la casa de cultura en la aldea de Musachevo y en la escuela de Novi Han.
“Los bordados ocupan un lugar muy especial en mi vida y en la vida de la ciudad de Elín Pelín, dice Diana Dimitrova. En los últimos 52 años organizamos una fiesta de los shopes que reúne a personas de todas las generaciones. La fiesta de los shopes guarda el espíritu del pueblo búlgaro y nos muestra que lo bello que es que uno sea tal como es. Es la magia del folclore búlgaro que conservamos y transmitimos a las generaciones venideras”.
Diana señala con amargura que unos niños quitaron las tapas de algunos de los paneles. Por esto planea organizar una gran reunión para restaurarlas juntos. “Los niños son hojas en blanco y es nuestro deber mostrarles lo bueno y lo malo”, subraya Diana. Y cree que el bien atrae al bien.
Recopilado por Diana Tsankova (basado en entrevistas de Mariela Dimitrova, de BNR-Varna, y de Elenitsa Marinova, de BNR-Horizont)
Fotos: archivo personal, Facebook /Diana Dimitrova, Ayuntamiento de Elin Pelin
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