Cuando algo se hace con amor, llega a buen término. Una prueba elocuente de ello son las imágenes de Diana Mladénova. Sus fotos en Facebook tienen miles de “me gusta” en distintos grupos y múltiples comentarios. Muchos de los aficionados a sus imágenes no se creen que tome las fotos con el teléfono, pero esto es así de verdad.
“Siempre he afirmado que tengo dos vidas −dice Diana en Radio Nacional de Bulgaria− . La primera es mi trabajo, la tensión, el estrés, todo lo que sucede en la vida de cada uno. ¿Y la segunda? La segunda pertenece al mundo de los soñadores y de las personas que siempre buscan algo. Es la fotografía, mis viajes, las salidas y las puestas del sol que adoro, el contacto con la naturaleza. Desde que era pequeña me encanta pintar. Me dedico seriamente a la fotografía desde hace dos años. Ahora hago mis cuadros con el teléfono y no con el pincel. No puedo decir que la fotografía para mí es amor, pasatiempo o un placer. Es algo mucho más fuerte. Es mi dosis de serotonina, cuando tomo las fotos me siento feliz”.
Diana describe el proceso de su trabajo como “un volcán de emociones que comienzan a desbordarse como si fueran lava derretida, y las fotos no se hacen esperar. Se produce un acto entre la naturaleza, entre la persona que soy y el dispositivo. Lo que caracteriza a las fotos es que siempre traen una emoción al espectador”.
Diana no tiene la pretensión de ser una fotógrafa profesional:
“En esta etapa tomo las fotos con mi teléfono, pero lo hago de todo corazón −comenta− . Cuando algo viene del corazón entonces todo resulta bien. No dejo de recibir mensajes de personas que me agradecen y me apoyan. No hay nada mejor que tener el apoyo del espectador. Mi mensaje a las personas es: No despilfarren su tiempo y sus sueños. Sigan el rumbo del corazón para ser felices. La vida es magnífica, pero dura un instante”.
Versión en español por Hristina Táseva
Fotos: Ani Petrova
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