La cuarta ola  de la pandemia deCovid-19 sigue imperando sobre  el ritmo de nuestras vidas. En el primer día de la nueva semana laboral el ministro de Educación y Ciencia, el Prof. Nikolay Denkov, manifestaba en rueda de prensa que desde el comienzo del año escolar se ha duplicado el número del personal docente en cuarentena, y de ha cuadriplicado el de los alumnos en cuarentena en Bulgaria. La situación más crítica se ha producido en Gábrovo, región en la que han adoptado la educación a distancia los estudiantes de la enseñanza secundaria y preuniversitaria. Es similar la situación en las regiones de Vidin, Kiustendil, Yambol y Montana. En cinco escuelas de Vidin hay cursos de alumnos en cuarentena pero las autoridades locales no barajan, de momento, la adopción de una educación a distancia.

”La tendencia al aumento del número de los contagios en la región continúa y de una incidencia de un poco más de 200 infecciones en agosto, la cifra en septiembre ha pasado a ser de más de 790. Según el doctor Vladinski, director de la Inspección Sanitaria Regional de Vidin, en el 99% de los casos se trata de la variante delta, que afecta mayoritariamente a niños, adolescentes y personas jóvenes y activas de hasta 30 años de edad.

A estas alturas surge la pregunta de qué se está haciendo con el fin de prevenir lo esperado. Vidin es la región búlgara que en el último mes ha pasado a formar parte dela zona roja de los contagios de coronavirus y ocupa uno de los últimos puestos, nacionalmente, por el número de personas vacunadas. Según el director de la Inspección Sanitaria Regional, un escaso 11% a 12% de la población-o sea unos 80.000 habitantes de la región- se ha vacunado contra la Covid-19.

Pese a los datos escalofriantes del número disparado de las nuevas infecciones y de las muertes de búlgaros por coronavirus, la confianza en la vacunación en el país, como remedio único para superar la pandemia sigue siendo insatisfactoria. En Bulgaria, país de casi 7 millones de habitantes las personas que han recibido hasta ahora la pauta completa de vacunación suman apenas 1.340.793, representando menos del 20% del total de la población:

”Desgraciadamente, por la precaria situación política en el país en el último año, los partidos políticos, en su mayoría, no se muestran responsables en este sentido. La mayoría de los otros países democráticos han hecho la vacunación o bien obligatoria o bien la han impulsado por medio de distintos incentivos. Bulgaria no ha hecho ni una cosa ni la otra para que los partidos no perdieran ciertos dividendos políticos baratos”, dice el eurodiputado Petar Vitanov, miembro de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo.

A su juicio se van convirtiendo en un problema grave los datos sobre certificados da vacunación falsos que se han destapado en Bulgaria. Cabe recordar que  hace sólo unos días el ministro de Sanidad, Stoycho Katsarov, señalaba en sesión informativa que decenas de denuncias de certificados falsos habían sido trasladadas a la Fiscalía de Bulgaria para su verificación pero que no se había demostrado aún ningún caso de tales abusos:

”Se trata de una “patente” exclusivamente búlgara, que es el colmo del cinismo y se le puede calificar de una irresponsabilidad criminal-comenta el tema Petar Vitanov en la emisora regional de Radio Nacional en Plovdiv -. En Bulgaria las personas vacunadas ingresadas en centros hospitalarios son de un número varias veces superior al que se registra  en el resto de los países europeos. El número de la gente contagiada tras una supuesta vacunación en Bulgaria es, igualmente, muy superior a las cifras en otros países. Hay que tener en cuenta el que en Bulgaria no se emplean vacunas de segunda categoría. Todo esto viene a sugerir, automáticamente, que algo estará ocurriendo en Bulgaria porque no hay manera de que la vacuna surta efecto en Alemania o Italia y no lo consiga en Bulgaria. Esto mueve a pensar, y es una evidencia, de que en Bulgaria se cometen abusos, extendiéndose certificados falsos”, opina rotundo Vitanov, y agrega que distorsionar la estadística es algo que  va minando la confianza en la vacunación y en los médicos en Bulgaria y capaz de acabar, en última instancia, en una rechazo de los certificados búlgaros en Europa.

Si este problema continúa  ahondándose Petar Vitanov no descarta la posibilidad de que las instituciones europeas castiguen a Bulgaria con sanciones pero añade que, a fin de cuentas, la sanción más grave para los búlgaros mismos se está traduciendo en las vidas humanas perdidas de familiares o parientes nuestros.

Adaptado por Vésela Krásteva

Versión en español por Mijail Mijailov