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”El mundo no se quedará sin científicos”, opina la joven investigadora búlgara Nina Nánkova

Foto: zajenitevnaukata.bg

En el último par de años, debido a la búsqueda de diferentes remedios contra el coronavirus, la planta Graptopetalum paraguayense, también conocida como graptopétalo, ha atraído la atención de los científicos por sus propiedades antimicrobianas. A simple vista parece un representante común de la familia de las plantas suculentas o crasas,(Crassulaceae), es una planta nada pretensiosa y fácil de cultivar en condiciones caseras. Esto ha motivado su cultivo como una de las flores decorativas preferidas también en Bulgaria. Es una planta originaria de México pero en Asía y sobre todo en Taiwan, es comestible, de presencia habitual en la mesa. Por esto los taiwaneses, por el consumo regular que hacen de esta planta, gracias a las propiedades curativas de la misma, forman parte de las personas menos afectadas por la pandemia.

Ha sido precisamente este descubrimiento de los científicos, que se habían fijado con enorme interés en el fenómeno taiwanés, el que ha impulsado la carrera científica de Nina Nánkova, profesora auxiliar en el Instituto de Química General e Inorgánica de la Academia de Ciencias de Bulgaria, quien lleva ya bastante tiempo estudiando las propiedades antivirales del graptopétalo. Orientó su atención a esta planta en cuanto se enteró por algunos de sus colegas en la Academia de Ciencias sobre el uso del graptopétalo para el tratamiento de algunas infecciones.

“Investigamos primero su efecto antibacteriano y antiviral, y en estos estudios la planta se mostró bastante activa en el tratamiento de virus herpéticos –dice Nina Nánkova, entrevistada por Radio Nacional– . Al formar parte el estudio de su actividad antiviral en virus herpéticos, de un proyecto subvencionado por el Fondo de Investigaciones Científicas, del Ministerio de Educación y Ciencia, cuando surgió la pandemia, éste pidió a la dirigente del proyecto, la Prof. Márkova, estudiar si esta planta se podría utilizar en la lucha contra el coronavirus”.

Se sucedieron así ensayos con 8 tipos de coronavirus humanos, excepto elSARS Cov2.

”No trabajamos con el coronavirus actual, ya que está prohibido trabajar con él en laboratorios −resalta Nina Nánkova− . “Con el resto de coronavirus humanos en los que hemos estudiado el efecto inhibidor del extracto de la planta, hemos obtenido resultados bastante buenos –aclara la joven investigadora– . La planta está siendo estudiada como remedio en potencia para el tratamiento, pero el papel que tenemos mis colegas y yo, que nos dedicamos a cálculos químicos teóricos, consiste en evaluar cuáles son precisamente los compuestos químicos o grupos de tales en esta planta que provocan esta actividad antiviral”.

Gracias al innovador proyecto, Nina Nánkova ha ganado una beca en el concurso Para las mujeres en la ciencia, patrocinado por la UNESCO. El dinero, del orden de 5000 euros se empleará en equipos computacionales, en ordenadores potentes de óptimos parámetros, en consumibles entre otros.

En el centro, Nina Nánkova

“Para un científico lo más importante es un artículo, un trabajo científico –comenta Nina Nánkova– . Cada vez más a menudo hay que pagar a la respectiva revista porque te publique el trabajo. Quizás una buena parte de los recursos de la beca se vaya a gastar en ello y, otra, en divulgar los resultados de conferencias y foros científicos. El Fondo de Investigaciones Científicas ha planteado unos requisitos más restrictivos”.

A pesar de las dificultades y los recursos exiguos que se asignan a la ciencia en Bulgaria, según Nina Nánkova, los científicos nacionales consiguen apañárselas para desarrollar el potencial del pensamiento científico búlgaro y mantenerse al nivel mundial necesario. La condición importante para el despliegue de estas capacidades está en el entorno familiar en el que los niños van cultivando su interés por el saber.

“El mundo no se quedará sin científicos, puesto que un científico se cultiva en el seno familiar donde está el ejemplo de los padres y se estimula a los niños a que lean más y se interesen por más cosas”, concluye Nina Nánkova.

Adaptado por Darina Grigórova a base de una entrevista de Dobromir Videv

Versión en español por Mijail Mijailov

Fotos: zajenitevnaukata.bg, archivo



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