Han pasado más de 600 días desde el comienzo de la pandemia de Covid-19. Es una época que ha trastocado completamente nuestro modo de vida y ha provocado una mayor alienación y soledad de los seres humanos. El miedo por la supervivencia ha incidido asimismo en nuestro día a día, moviéndonos a recapacitar compromisos y prioridades, restringir las reuniones con personas por las que se tiene afecto y están fuera del círculo familiar de uno, y buscar nuevos métodos para ser autodidacta y auto-perfeccionarse.
El modelo presencial de enseñanza existente hasta ahora se ha visto también fuertemente limitado tanto para los alumnos en las escuelas como para los estudiantes universitarios. Hubo necesidad de que profesores y alumnos de escuela, como también docentes y estudiantes de las universidades se adaptaran a la educación a distancia, de escasa difusión en Bulgaria. Si para los jóvenes este cambio no ha provocado dificultades especiales, no ha sido lo mismo para la gente de más edad, que ha visto en el teletrabajo una ardua prueba. Son precisamente la adaptación rápida al nuevo entorno y la preparación del material didáctico en forma que permita su enseñanza y su comprensión más claras los aspectos que frecuentemente generan preguntas sobre la eficiencia de este tipo de proceso didáctico. Parecen nimios los visos de que este proceso vaya a concluir pronto. A los alumnos se les achaca ser uno de los grupos de transmisores de los contagios aunque hayan pasado la enfermedad de forma asintomática. Por esto Gueorgui Yordanov, viceministro de Sanidad, sugiere que se vuelva a adoptar la educación a distancia. La situación que afrontan los estudiantes universitarios no es muy distinta. Al menos esto es lo que indican las conclusiones del prontuario de reciente publicación, titulado “Las tendencias en la enseñanza a distancia”, cuya autora es Liudmila Kìrilova, docente en la Universidad de Sofía.
Tres son las facetas principales en la evolución de este proceso, señala la profesora entrevistada por Radio Nacional de Bulgaria, y aclara:
“Se trata de la dotación técnica para los docentes y los universitarios, del equipamiento material de las escuelas de enseñanza universitaria. Llama la atención que este equipamiento es insuficiente, quizás por haber repercutido en ello la pandemia y la imprevista enseñanza distancia acometida. Otra cosa que hemos ido observando durante la investigación era el nivel de preparación del profesorado, que, amén de explicar y esclarecer la materia enseñada a los estudiantes, tenían que resolver deficiencias técnicas y problemas generados por la deficiente conexión por Internet. El tercer elemento que he estado examinando es el de los propios estudiantes universitarios y su comportamiento en el proceso de formación”.
Es importante la diferencia que hay en las conexiones por internet en Sofía, Plovdiv, Varna y los menores núcleos poblacionales en Bulgaria. Es otra de las conclusiones del estudio. El resultado de etas deficiencias se traduce en frecuentes interrupciones, imagen, sonido y conexión deficientes entre los participantes en el proceso. Todo ello provoca una distracción y le quita eficiencia a la formación.
Uno de los métodos básicos manejados en la confección de este prontuario, se ha basado en las numerosas encuestas con estudiantes y docentes de universidades búlgaras y extranjeras. ¿Qué es lo que pone de relieve la opinión generalizada de ellos?
“El que uno pueda incorporarse a trabajar desde cualquier sitio es algo sumamente cómodo - dice Liudmila Kìrilova-. Se ahorran tiempo y transporte. Además, muchos de los estudiantes universitarios suelen trabajar y para ellos es una comodidad poderse incorporar únicamente al proceso de la conferencia dictada por el profesor. Es bueno que la plataforma que utilizamos nos permite grabar las conferencias impartidas y así, todo estudiante, las podrá escuchar todas las veces que necesite. Los estudiantes puede asimismo acceder a materiales y obras complementarios”, dice la profesora.
A pesar de andar con unos pasos de atraso en comparación con el resto de países europeos en la enseñanza a distancia, Bulgaria se va recuperando con rapidez, puesto que el proceso de digitalización en a educación se está volviendo irreversible. Volúmenes cada vez más más nutridos de materiales para el estudio de los estudiantes se irán enviando y recibiendo en línea, y las reuniones físicas entre ellos y sus profesores se irán volviendo menos frecuentes.
Adaptado por Yoan Kolev a base de una entrevista de Anelia Dimitrova de Radio Nacional de Bulgaria
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: BGNES
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