En la época moderna hay en el mundo más esclavos que en cualquier otro período de la historia de la humanidad. Lo avalan también los datos de la Organización Mundial del Trabajo de la ONU del año 2021, según los cuales, más de 25 millones de personas viven sometidas a alguna forma de esclavitud moderna y trabajo forzoso. Y si en el último par de años se mantienen en el foco de la atención las medidas anti-Covid-19, impuestas a la humanidad, que restringen en distinto grado la libertad individual, se comprueba que hay millones de seres humanos, despojadas completamente de su capacidad de actuar en conformidad con sus necesidades. Son ciudadanos faltos de derechos, caídos en la trampa de la esclavitud moderna: el tráfico de personas.

Bulgaria es un país emisor de víctimas del tráfico de personas. Según estudios de diferente tipo, este país comparte ex aequo con Rumanía el primer puesto en la exportación de víctimas de la trata de personas per cápita. Así lo señala en Radio Nacional de Bulgaria Martin Stéfanov, representante de la fundación “A21-Bulgaria”.Esta oenegé global cuenta con oficinas en 14 países del mundo entero, y, en Bulgaria, lleva ya 9 años trabajando en la prevención del tráfico de personas y en el apoyo a las víctimas de éste. Se va convirtiendo en un problema mundial cada vez más grave la explotación laboral, señalan quienes se desempeñan en esta esfera. “No hay raza, edad, sexo, formación o estatus social que puedan garantizar que esto no vaya a ocurrir”, dice Stéfanov. Precisa que los métodos de “selección” son tantos y tan ingeniosos que hasta los expertos se quedan a veces estupefactos ante los casos que afrontan:

“Puesto que nuestra vulnerabilidad en estos momentos de pandemia es varias veces superior a la que se registra en épocas económicas normales, también se vuelve más grande el riesgo de que una persona se vea involucrada en el tráfico. Cuando uno ha perdido su empleo, cuando se encuentra aislado o sabe qué va a hacer cuando concluya esta situación se vuelve mucho más susceptible de ser engañado por algo que se le ofrezca como una salida. En la mayoría de los casos se trata de personas de 40 a 50 años de edad, apremiadas por las circunstancias. Por lo general, tales ofertas de empleo vienen del extranjero. Suenan muy tentadoras y en el grueso de los casos uno cae en la trampa y no puede irse libremente. Por esto es muy importante, actualmente, que la gente ande con mucha cautela con los tipos de las ofertas de empleo de que se fían”, explica Stéfanov.

En el último año de 8 ofertas de empleo indagadas por la fundación, 7 resultaron arriesgadas y falsas. Estos anuncios vienen las más de las veces de Facebook, señala el dirigente en la fundación de la línea telefónica caliente para la lucha contra el tráfico de personas, manteniendo el anonimato sobre sus nombres, por razones de seguridad ya que la actividad de la fundación es molesta para un gran número de personas influyentes. Toda persona puede solicitar asistencia a la línea telefónica nacional 0800 20 100 y en ella se atienden las 24 horas llamadas desde cualquier país miembro de la UE. Además, por medio de la llamada a la línea gratuita se puede averiguar al empleador en potencia o bien compartir experiencia.

“En ocasiones la gente en Bulgaria se siente tan desesperada y necesitada de un empleo que omite ver evidentes indicios de engaño. La estadística de nuestra línea telefónica pone de relieve que el un 24% de los casos de trata de personas todo había comenzado por una falsa oferta de empleo. La estadística global arroja que sólo se pueda salvar, en algún momento, a un escasísimo1 % de las víctimas del tráfico”, ha dicho la persona que dirige la línea telefónica gratuita. Agrega que son los hombres quienes más renuentes se mantienen a la hora de confesar haber sido víctimas de un tráfico, pero cuando se trata de una explotación laboral forman justamente ellos un grupo fuertemente vulnerable.

Independientemente de que la experiencia de los expertos se asocia a trabajo desde Bulgaria, éstos señalan que el tráfico de personas para una explotación laboral representa un problema de un amplio diapasón y de rostros diversos. La salvación reside en el buen grado de información y en actuar con cautela. Una de las cosas esenciales que no hay que olvidar es que ningún empleador tiene derecho a apoderarse o retener los documentos de identidad del trabajador ni entorpecer la suspensión de las relaciones entre los dos.

Adaptado por Vésela Krásteva, a base de entrevistas de Lubomira Konstantínova

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: pixabay, EPA/BGNES