Megalíticos milenarios esparcidos por los pliegues de la montaña, santuarios tracios, antiguos puentes de piedra y formaciones rupestres que semejan paisajes de mundos extraterrestres… Los alrededores de la ciudad de Kárdzhali están plagados de fenómenos naturales que provocan la fantasía de quienes se aproximen a ellos. La región se encuentra en la parte oriental del macizo Ródope, una tierra mítica envuelta en leyendas.

Hace millones de años allí se extendía un océano. Como resultado de la intensa actividad volcánica submarina, en el fondo del océano se sedimentaron gruesas capas de polvo. El polvo se mezcló con trozos del acantilado que se estaba desmoronando y así se formaron los insólitos grupos de tobas. Posteriormente estas formaciones fueron talladas por el viento y la arena y adquirieron un aspecto que semeja figuras de cuentos de hadas.

Las Setas de Piedra cerca de la aldea de Beli plast

Por el camino asfaltado que conduce de Kárdzhali a Jáskovo, cerca de la aldea de Beli Plast, se yergue una pequeña colina, cuyo pico está coronado por una fantástica composición natural. Se trata de Las Setas de Piedra, uno de los atractivos más interesantes de la región. Tienen una altura de 2.5 metros y miden otro tanto sus sombrerillos. Los pedicelos suelen desgranarse y están propensos a erosionar, pero los sombrerillos son sólidos porque contienen el llamado vidrio volcánico. En dependencia de la luz, los destellos de las setas de toba varían del rosado y el verde al blanco que deslumbra. Fueron declarados patrimonio natural hace más de cuatro décadas, y la localidad donde se ubican es protegida por ser hábitat de algunas aves raras como los canarios silvestres, el buitre egipcio, etc. Lamentablemente, Las Setas de Piedra no están vigiladas y los turistas suelen subir sobre estas formaciones frágiles para hacerse selfies sobre el telón de fondo de los declives cercanos del macizo Ródope.

¿Qué reza la leyenda sobre Las setas pétreas?

Leyenda de las valientes hijas de Raduíl 

Pues, que las setas son los cuerpos petrificados de las cuatro hijas del carbonero Raduíl. Una vez, cuando las mozas iban a recoger agua para llevarla a casa, un grupo de bandidos las atacó. Las mozas espantaron al caballo del cabecilla del grupo, éste cayó al suelo y ellas lo mataron. Después huyeron al bosque. Uno de los bandidos las siguió, las alcanzó y con su yatagán decapitó a la primera de ellas. Al caer al suelo, su cabeza se convirtió en una seta de piedra. El mismo destino deparó al resto de las hermanas. El bandido trató de escapar, pero cuando dio el primer paso se convirtió en una roca negra. Hasta hoy en día los lugareños llaman la fea roca que se yergue solitaria al lado de las setas Karatepé (la colina negra).

La boda de piedra cerca de la aldea de Zemzelén

Cerca de la aldea de Zimzelén, próxima a la ciudad de Kárdzhali, se yergue una fantástica construcción natural. Ocupa unas cuatro hectáreas y al ver sus formaciones rupestres, uno de imagina personas, animales, plantas, etc. Estas figuras presentan distintos colores: se ven en blanco, amarillo, rosa, verde o rojo, según la luz y su composición mineral. Las más impresionantes son las dos figuras de 10 metros de altura que semejan un hombre y una mujer abrazados. Los vecinos de la localidad denominaron estas formaciones La boda de piedra y hasta hoy en día cuentan la siguiente leyenda…

Leyenda sobre pecado y desquite

Durante una procesión nupcial cerca de la aldea de Zimzelén, comenzó a soplar un fuerte viento, que levantó el velo nupcial y dejó al descubierto la cara de la novia. Por la mente del suegro, que quedó deslumbrado por su belleza, pasaron pensamientos impuros y de repente, toda la boda se petrificó. Se salvó de esta suerte sólo el novio. Destrozado de dolor, comenzó a pedirle al viento que lo convirtiera en piedra a él también y éste cumplió su deseo. En los pies del mozo se formó un charco lleno de sus lágrimas que existe hasta hoy en día.

Versión al español de Hristina Táseva