La Junta de Directores del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sancionado una urgente financiación para Ucrania del orden de 1400 millones de  dólares. Los fondos  permitirán a Ucrania afrontar las necesidades apremiantes de su balanza de pagos, que se  derivan de las secuelas de la guerra que continúa. A juicio de Kristalina Gueorguíeva, directora gerente del FMI, la invasión rusa provocará  una profunda recesión en 2022.

Las hostilidades en Ucrania  han abordado ya su 15º día, y los combates en las inmediaciones de Kiev se van volviendo cada vez más  intensos. Poco después de medianoche, en la madrugada del 10 de marzo, se informó de golpes asestados a zonas residenciales y un gasoducto en la ciudad de Okhtirka, en el distrito de Sumi y se reportaron víctimas humanas. En el ataque contra Mariúpol, el 9 de febrero, quedó arrasado un hospital pediátrico y se reportaron al menos 17 heridos.

No hay todavía confirmación de víctimas mortales. El ataque ha  provocado indignación en toda Europa y la enérgica condena de la ONU, los EE.UU. y organizaciones humanitarias, entre ellas la de los Médicos sin fronteras.

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, ha calificado el ataque de ”aterrador” y ha llamado ”a que cese esta  insensata violencia”. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha acusado Rusia de genocidio y ha reclamado sanciones aún más severas contra Rusia.

Hoy, 10 de marzo, comienzan en Turquía negociaciones entre los ministros de Exteriores ucraniano y ruso, Dmytro Kuleba y Serguéi Lavrov, respectivamente, quienes pactarán las condiciones de un cese de las hostilidades.