En las inmediaciones de la capital búlgara Sofía hay un gran número de pequeños monasterios que desde la época del Medioevo son conocidos por el nombre del Pequeño Santo Monte de Sofía. Suman unos 40 pero muy pocos de ellos conservan los edificios religiosos de la época de su fundación. La mayoría de los monasterios han sido renovados en épocas modernas. Hoy en día estas humildes sedes espirituales siguen funcionando y acogen a los peregrinos que huyen del alboroto de la gran ciudad.
El monasterio Chepinski, consagrado a tres santos, San Basilio el Grande, San Gregorio Nacianceno y San Juan Crisóstomo, es uno de los pocos monasterios en Bulgaria que fueron erigidos en una llanura y no en el seno de la montaña. El lugar no fue elegido por casualidad. Cerca se encontraba un túmulo tracio embovedado que los monjes utilizaban como una ermita. Los edificios actuales del monasterio datan de principios del siglo XX.
El monasterio San Juan de Rila, cerca de la aldea de Kurilo, se remonta a la época del Primer Reino Búlgaro. Fue destruido a comienzos del dominio otomano y fue restablecido a finales del siglo XVI, época de la cual datan los murales en el templo que fueron creadas por la mano del famoso iconógrafo San Pimen de Zograf.
Fotos: Vladimir Vladimirov
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