Por tercer año consecutivo voluntarios de Bulgaria y Turquía prestarán ayuda a jubilados y a personas que viven solas en el municipio de Madán, en el monte Ródope. El proyecto Nietos en alquiler se realiza por la Asociación Niños con necesidades especiales, con el apoyo financiero del Cuerpo Europeo de Solidaridad, dice ante Radio Nacional de Bulgaria Emilia Gueorguieva, directora del proyecto.
“Con el proyecto Nietos en alquiler nos proponemos a resolver graves problemas de la sociedad búlgara como son los cuidados a las personas mayores y la superación del desempleo juvenil, más concretamente el desempleo entre los jóvenes que tienen necesidades especiales”.
El proyecto comenzó a mediados de marzo y se extenderá durante seis meses. Los voluntarios ya han pasado varios módulos de formación de trabajo con personas mayores de edad, de superación del choque cultural y han aprendido cómo convivir con otras personas. “El trabajo del voluntario supone muchos retos y es un importante cambio en el día a día de estos jóvenes”, señala Emilia Gueorguieva. Después de pasar el periodo de la adaptación comenzarán las visitas reales en las poblaciones pequeñas del municipio de Madán, habitado sobre todo por ancianos. Las reuniones con ellos se realizarán con la cooperación de los alcaldes.
“Ellos disponen de una lista de las personas que viven solas y que han mostrado el deseo de reunirse con nosotros. Organizamos esta reunión y somos testigos de la cálida recepción que nos dan los habitantes de las aldeas del monte Ródope. Después cada uno dice qué tipo de ayuda necesita: cavar el huerto, limpiar la casa, pintar una habitación, trasladar muebles de un lugar a otro o la compra de medicamentos. Suministramos los materiales necesarios y ponemos manos a la obra”.
En el proceso de trabajar se traban verdaderas amistades, cuenta Emilia. Un interesante aspecto del proyecto es la iniciativa En la plaza: los jóvenes enseñan a los mayores a trabajar con las redes sociales. Así la comunicación que en el pasado se realizaba en la plaza ahora continúa en el espacio virtual y en el espíritu de la época moderna. “Es muy divertido y útil”, dice categórica Emilia. Los voluntarios muchas veces piden consejos y recaban la opinión de las personas que han abierto las puertas de sus casas para ellos y esto les da la sensación de que todavía son útiles e importantes para alguien.
La experiencia acumulada hasta el momento muestra de manera categórica que el trabajo a favor de la sociedad y la comunicación con las personas mayores hacen que cada uno de los participantes en el proyecto se sienta más maduro y responsable.
Este año se han incorporado al proyecto dos jóvenes con necesidades especiales, desempleados que ya han terminado sus estudios. Aishe Gul, de Turquía, ha optado por participar en el programa para cumplir uno de sus sueños: trabajar como voluntario en un país de la región. “La primera variante que tenía era Bulgaria y llegué aquí. Se trata de un compromiso a largo plazo y tengo bien clara la responsabilidad que he asumido”, señala esta joven. Otros vuelven a participar en el proyecto. Uno de ellos es Ivaylo Sinapov, quien ha señalado, categórico, que gracias a esta actividad logra perfeccionarse a sí mismo.
“Igual que en mi trabajo de ilusionista el mejor aliciente para mí es la sonrisa de los ancianos a quienes ayudamos. Para mí esto es un verdadero placer y me da fuerzas para continuar adelante”.
El gran objetivo del proyecto es crear lazos duraderos y profundos entre las personas que perduren después del término de la iniciativa, termina diciendo Emilia Gueorguieva.
Reportaje: Radostina Chernokova
Versión al español de Hristina Táseva
Fotos: Facebook/GrandchildrenForRent, Radostina Chernokova
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