Cada primer domingo de septiembre se organizan celebraciones para promover una curiosidad turística búlgara única en su género, el ferrocarril de vía estrecha entre las poblaciones de Septemvri y Dobrinishte. Las fiestas fueron iniciadas por la asociación civil Por el tren de vía estrecha y su presidente Kristian Vaklinov, que en 2017 inauguró la Casa-museo del así llamado “tren pequeño” exhibiendo en el antiguo edificio de la estación de Tsepina la historia centenaria del tren. La parada se encuentra en el desfiladero del río Chépinska  y el edificio fue renovado y restablecido completamente en dos años con la ayuda de más de 20 voluntarios.

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La idea principal es atraer a nuevos seguidores a la causa de conservar la último ferrocarril de vía estrecha en Bulgaria con una longitud total de 124.7 kilómetros. La línea conecta el Valle de la Alta Tracia y los montes Ródopes, Pirin y Rila y en su tramo se encuentra la estación ferroviaria más alta en la Península Balcánica, la parada de Avramovo, situada a una altitud de 1.267 metros sobre el nivel del mar.

En 2020 el único tren de vía estrecha en Bulgaria fue clasificado en el Top 10 de la encuesta del periódico Guardian de los más pintorescos viajes en tren en Europa.

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El tema de la construcción de una línea ferroviaria en el corazón de los Ródopes fue planteado por primera vez en 1915. Fue elegido el desfiladero Chépinsko porque aparte del acceso a la montaña que hay, lo largo del curso del río se encuentran muchas poblaciones. Por esta razón la futura línea ferroviaria serviría para transportar ciudadanos y debería utilizarse para la transportación de madera y la defensa de estos territorios búlgaros recién liberados.

Hoy la construcción de la línea a través de la montaña se estudia en renombradas universidades de arquitectura y construcción en el extranjero por las excepcionales resoluciones de los ingenieros que les permitieron superar enormes desniveles, por haber tomado en plena consideración las peculiaridades del terreno, y por el hecho de que los primeros 39 kilómetros de la vía estrecha de 760 milímetros fueron construidos a mano en apenas 5 años.

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