“No tenemos buenos ejemplos de gestión de crisis por parte de las instituciones búlgaras en nuestro país. Muy a menudo, los intentos de hacer frente a las consecuencias de las crisis generan la sensación de que se adoptan medidas inadecuadas y que los recursos se reparten injustamente”. Esta afirmación es de la Dra. Ilina Nacheva, directora del proyecto de investigación “Efectos socio-psicológicos de la crisis generada por la Covid-19”. Un equipo de nueve investigadores, entre psicólogos y antropólogos, lleva un año trabajando en este proyecto, estudiando a tres grupos principales de personas: padres trabajadores con hijos de hasta 12 años, personas que han perdido su empleo o han cambiado de trabajo a causa de la crisis, y personas con enfermedades crónicas que se ven afectadas de una u otra forma por cada una de las etapas de la crisis. La investigación se está llevando a cabo a través de una encuesta en línea, en la que cualquier persona puede participar rellenando un cuestionario especial en la página del proyecto en las redes sociales. El trabajo es subvencionado por el Fondo de Investigaciones Científicas de la Academia de Ciencias de Bulgaria.
“Como parte de la investigación, entrevistamos a 45 representantes de los tres grupos que estamos estudiando. Disponemos de datos muy recientes y ahora podemos esbozar en términos generales las dificultades a las cuales nos enfrentamos en tiempos de crisis”, afirma la Dra. Tsvetelina Panchelieva, del Instituto de Estudio de la Población y el Hombre, de la Academia de Ciencias de Bulgaria:
“Hasta ahora disponemos de datos de dos categorías: la primera se basa en las emociones que siente la gente durante la crisis provocada por la pandemia. La emoción más común de la que hablan todos los participantes en las entrevistas es el miedo. Fondo emocional negativo prevalece en los tres grupos. Estas personas tienen más altos niveles de ansiedad, estrés, tristeza, pero el miedo está en primer lugar. Por supuesto, esto no es una sorpresa, pero cuando comparamos los tres grupos nos sorprende el hecho de que las personas con enfermedades crónicas muestren los niveles más bajos de miedo. Parece que los padres tienen más ansiedad, y esto se debe al hecho de que se encuentran en una situación muy atípica, en la que tienen que compaginar el trabajo y la vida personal las 24 horas al día, siete días a la semana y en presencia de todos los miembros de la familia. En el polo opuesto se encuentran los enfermos crónicos, que tienen los niveles más bajos de miedo debido a un rasgo específico suyo: la mayor experiencia y resistencia ante las crisis. Se trata de personas que han enfrentado muchas dificultades en la vida, incluido el aspecto sanitario. A causa de su experiencia tienen más estrategias para hacer frente a las crisis. Lo que les preocupa es la falta de información o la información contradictoria que proviene de diferentes canales, y la imposibilidad de acceder a medicamentos que en muchos de casos les salvan la vida.”
Al analizar los resultados del estudio, la propia Dra. Panchelieva se ha sorprendido por el hecho de que las personas que superan mejor la crisis de Covid-19 son las que se desempeñan en distintos ámbitos de la vida. No ocurre lo mismo con los que se dedican sólo en la carrera o sólo en una ocupación de su vida.
“Los búlgaros que consiguen compaginar identificación, inclusión y pertenencia a diferentes actividades son los que en realidad consiguen sobrellevar mejor la crisis de la pandemia y, en general, las crisis de la vida”, afirma la Dra. Panchelieva en una entrevista para Radio Bulgaria.
Versión al español de Borislav Todorov
Fotos: archivo BGNES, Pixabay
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