Debemos dos de las primeras escuelas en Bulgaria donde los alumnos comenzaron a estudiar en distintas clases al prócer y escritor Nayden Guerov. Se cree que su familia tiene las raíces más antiguas en su ciudad natal, Koprivshtitsa. Estudió en la escuela monacal de su padre, después se formó en una escuela griega en Plovdiv y volvió a Koprivshtitsa antes de ir a Odesa, donde acudía al Colegio de Odesa y después en el Liceo de Richelieu. Cuando regresó a Koprivshtitsa en 1846 Guerov abrió allí una escuela propia y creó el primer Manual de Física en Bulgaria (1849), que echó los cimientos de esta ciencia en el país.  

En 1850 firmó un contrato con los soberanos de Plovdiv en virtud del cual obtuvo 6 000 monedas de oro para abrir una escuela con clases en la ciudad. Era el promotor de la primera fiesta en la escuela cuyos patronos eran los santos hermanos Cirilo y Metodio y que se celebró el 11 de mayo de 1851. Sucesor de la primera escuela búlgara Santos hermanos Cirilo y Metodio, que guarda el recuerdo de su fundador, es la escuela básica Príncipe Alejandro I.

Fue inaugurada el 20 de octubre de 1885, poco más de un mes después de la Unificación de Bulgaria. De sus aulas han salido personalidades de la vida cultural y pública de Bulgaria como Iván Vasov, Petko Slaveykov, Peyo Yavorov, Dimcho Debelianov, Andrey Lyapchev. Era pupilo de la misma escuela la personalidad más preclara de la historia búlgara, Vasil Levski. Un hecho que es motivo de gran orgullo para las generaciones venideras y, a la vez, supone criterios muy altos a los cuales deben atenerse.  

Situada a orillas del río Maritsa, esta sede de la educación se ubica en el mismo edificio de la época del Renacimiento búlgaro (s.XIX), no muy grande. Esto supone ciertos problemas para los más de 2 000 alumnos que estudian allí. Se construirá un edificio nuevo en el solar vacío en el patio y los alumnos podrán estudiar sin tener que acudir a la escuela por turnos. 

Hay un problema: el nuevo edificio dominaría sobre el edificio histórico, ya que es mayor. Sobre la base de una petición diseñada por la directiva de la escuela, la arquitecta Konstantina Kostova propone un proyecto para su ampliación en el cual este volumen sea dividido en aulas organizadas en grupos más pequeños: aulas para los alumnos del primero al cuarto grado, espacios para los alumnos del quinto al séptimo grado, aulas especializadas, una biblioteca, centro deportivo y administración.  

“Una solución operante para la nueva escuela debe convertirla en un centro docente moderno, debe garantizar la posibilidad de estudiar jugando y dar las clases de manera contemporánea”, ha señalado en su presentación la arquitecta Konstantina Kóstova. “El edificio histórico seguirá siendo el más notable en su entorno, se conserva el paisaje del terreno. Está prevista una nueva modificación del paisaje con el fin de lograr un medio armonioso entre la modernidad y la riqueza arquitectónica”.  

“Durante los recreos, los alumnos de las cuatro aulas podrán salir a un espacio central común en cada piso y podrán comunicar y divertirse juntos”, explica en una entrevista para Radio Bulgaria Konstantin Kostova. “De este modo se evita la ubicación estándar en el medio escolar de las distintas aulas en las cuales tienen lugar las lecciones y donde el corredor es un lugar para pasar por tránsito y en el cual el alumno se siente como una persona ajena”. 

La escuela dispone de otros 350 metros cuadrados para una biblioteca y sala de actos con 150 asientos que podrá ser utilizada para eventos sociales.

"Lo más importante es encontrar el enfoque correcto, destacar las características más importantes del edificio y su valor histórico para que pueda ser conservado al máximo”, termina diciendo la arquitecta Konstantina Kostova. 

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Versión al español de Hristina Táseva 

Fotos: Konstantina Kostova, archivo de la Escuela básica Príncipe Alejandro I