"Hacer un cuchillo de calidad requiere habilidades sólidas y una artesanía excepcional. Este oficio está presente y es respetado en muchas culturas de todo el mundo. Además, no es solo un oficio, sino también un arte, porque cada cuchillo es único y tiene su propia historia", explicó el artesano autodidacta a Iva Seizova, de BNR-Blagoevgrad.

Iván Kyupov se dedica a la creación de todo tipo de cuchillos, desde los domésticos hasta los de caza. Dependiendo del diseño y la complejidad de los detalles, invierte entre 5 y 20 días en la elaboración de un cuchillo.

"Por lo general, un cuchillo no se regala; hay que comprarlo. Pero sí, la gente también acepta cuchillos como regalo. Existe interés, no solo durante las fiestas, sino también en otras ocasiones. Yo hago cuchillos de alta calidad, utilizando acero y materiales de mango de primera calidad, incluso tengo cuchillos joya. El precio lo determinan los materiales, el tiempo necesario para realizar el trabajo, los distintos elementos, los grabados, las letras, las fundas; es decir, el precio es relativo y depende de la configuración que desee el cliente. La funda se considera como un consumible para el cuchillo, pero también puede ser el accesorio principal, ya que ahora se pueden realizar grabados en ella y utilizar diferentes pieles exóticas, como serpiente, cocodrilo, batoidea".

Según el maestro, hoy en día hay un gran interés por los cuchillos, tanto por parte de coleccionistas como de personas que los necesitan para trabajar o cazar:

"Cada cuchillo se fabrica prácticamente de forma individual, partiendo de una pieza de acero a la que se da forma. En primer lugar, se bosqueja el cuchillo, se selecciona el acero y el material para el mango. Se da forma al filo y se lleva a cabo el temple: este es el proceso más crucial en la fabricación de un cuchillo. Luego, se ensambla, se monta y se lija. Después de realizar la funda, se afila el cuchillo y queda listo para ser utilizado".

¿Qué hace que un cuchillo sea una obra de arte?

"El hecho de que se elaboren individualmente hace casi imposible crear otro igual", dice el artesano autodidacta. "También es importante la configuración de los materiales, especialmente para los mangos. La mayoría están hechos de madera, cuyos dibujos y colores son exclusivos de cada cuchillo, de ahí la individualidad de cada pieza".

Iván Kyupov se enorgullece al afirmar que en su taller no hay cuchillos almacenados: "todo lo que se fabrica va directamente al cliente". Por eso, no le resulta fácil acumular más cuchillos para participar en exposiciones y talleres regionales. Pero no deja de mostrar su maestría, incluso en Sopot, donde, según él, se celebra el mayor taller de cuchillería al aire libre de Bulgaria.

Entrevista: Iva Seizova, BNR-Blagoevgrad

Versión al español de Borislav Todorov