Pronto, menos de un mes, se cumplirán dos años desde aquella mañana de febrero de 2022 que cambió la vida de las personas en Europa y más allá del Viejo Continente. La escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania, que había comenzado en 2014, obligó a los políticos a reconsiderar varios factores relacionados con la seguridad y a hacer considerables inversiones en las capacidades de defensa de sus países. Se justificaron los pronósticos de los analistas de prolongadas acciones militares en el territorio de Ucrania después del ataque de Rusia el 24 de febrero de 2022.
Según información del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, a finales de 2023 los ciudadanos de a pie asesinados en Ucrania superan los 10 000, fueron heridos más de 18 680 civiles y la mitad de las personas que sufrieron daños estaban lejos de las líneas del frente. Según datos de Eurostat, 4 200 000 refugiados de Ucrania han sido registrados para protección temporal o esquemas similares en la UE.
El Canal Militar de Televisión, dirigido por el Centro de Información adjunto al Ministerio de Defensa, prepara una serie especial dedicada al segundo aniversario del inicio de la invasión rusa en Ucrania. El proyecto se titula Cartas de la guerra y su primer episodio ya ha sido grabado con el título de El pulso de Ucrania. La búlgara de Besarabia Tetiana Staneva es guionista y directora de la serie y ya ha recolectado materiales para las próximas series. ¿Cómo comenzó todo?
“Desde el Ministerio de Defensa me buscaron primero para pedirme un consejo porque querían hacer una película con motivo del inicio de la guerra en Ucrania pero no sabían cómo hacerlo, reconoce Tetiana en una entrevista telefónica para Radio Bulgaria desde la capital ucraniana. Les dije que tenía un plan y una idea de realizar una película de este tipo. Inicialmente mi idea era realizar una cinta de una duración de 26 minutos, pero decidimos hacerla de 52 minutos para que las historias que hemos grabado y que grabaremos puedan formar parte de esta serie”.
La película no es el primer paso que Tetiana da en el mundo del cine. Es guionista y directora de larga experiencia, así como directora del Festival Fílmico Etnográfico OKO donde el año pasado fue presentada la cinta documental Vida al borde, grabada por voluntarios en el frente. A su juicio, las similitudes con El Pulso de Ucrania se agotan con el hecho de que en ambas cintas el autor dirige la cámara hacia sí mismo:
“A través de mis ojos muestro los héroes: amigos míos que perdieron la vida, que van al frente o ya están allí. El periodo es distinto. Una vida al borde muestra el tiempo desde 2014 hasta 2022, mientras que yo muestro qué sucede después”, explica la guionista Tetiana Staneva. En las otras partes me propongo regresar al primer día para mostrar cómo comenzó la guerra.
Todos estábamos en pánico, pero ya estamos acostumbrados a las alertas aéreas y reaccionamos de distinta manera. Las alertas son una situación de emergencia, pero uno logra acostumbrarse. Ya están abiertos los teatros, las tiendas, los supermercados. Al comienzo de la guerra no era así. Las personas comenzaron a regresar a la patria apenas cuando terminó la ocupación militar de la región de Kiev y la capital recobró su vida apenas en mayo de 2022. Nuestra idea es mostrar a las personas cómo vivimos”.
Con su serie Cartas de la guerra Tetiana desea enviar un mensaje a los búlgaros que todavía conciben la guerra en Ucrania como un problema entre dos Estados que no atañe a Europa y al resto del mundo.
“No es posible ver desde la distancia lo que sucede en Ucrania como si fuera un espectáculo detrás de una lámina de vidrio. Las personas deben entender que esto les atañe directamente”, dice categórica ella. Mostrando a los búlgaros que participan en la guerra o viven su vida como ciudadanos de a pie me gustaría preguntar si a alguien le interesa lo que sucede con la diáspora búlgara en Ucrania, cómo nos afecta la guerra. Los búlgaros en Ucrania son un puente entre los dos Estados así que la guerra allí no puede ser algo lejano que no se refiere a nosotros”.
Traducido y publicado por Hristina TásevaFotos: Oleksandr Baron; FB / Tetiana Staneva
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