El hogar es el lugar donde se ven como con lupa todos los problemas sin resolver de nuestra sociedad. Es difícil hablar del desarrollo de la infancia más temprana, cuando los niños están durmiendo en la misma cama con sus padres, o cuando viven en la misma habitación con ellos hasta la adolescencia. Y es difícil hablar de educación, cuando los pequeños no cuentan con un espacio en su casa donde prepararse. Tampoco se puede hablar de sanidad si los niños no tienen la posibilidad de bañarse ni de mantener una higiene mínima.
El 32% de la población de Bulgaria vive en riesgo de pobreza y exclusión social, según las estadísticas nacionales de 2022. Esto sitúa a Bulgaria entre los países con mayor riesgo de pobreza para la población, con todos los aspectos negativos que derivan de ello. Estas familias son incapaces de cubrir sus necesidades básicas, por lo que raras veces consiguen destinar una parte de su presupuesto a mejorar sus condiciones de vivienda. Así lo señalan desde la ONG Hábitat Bulgaria, la cual implementa un modelo para mejorar la vivienda de los más pobres en diferentes barrios y poblaciones de Bulgaria.
Precisamente a los más necesitados está dirigido también un proyecto de microfinanciación para obras y mejoras urgentes de la vivienda. El dinero se distribuye a través de una organización local que gestiona la subvención, que en 2023 ascendía a 20.000 levas (unos 10.000 euros). El préstamo individual consiste en 1.200 levas (600 euros aproximadamente) destinados para reparaciones de tejados, cuartos de baño y habitaciones, así como para mejoras de la eficiencia energética. Los beneficiarios tienen la obligación de devolver estos fondos al cabo de un año, ya que este dinero se les vuelve a conceder a unos nuevos solicitantes. De esta manera, la microfinanciación se convierte en una forma sostenible de ayudar, diferente del modelo ya conocido de asistencia social que convierte a la gente en sujetos pasivos.
"Trabajamos en lugares donde la pobreza económica y de vivienda alcanza proporciones terribles. La gente vive en condiciones inaceptables para el siglo XXI, siendo inadmisible que en un país de la UE que existan barrios o comunidades así", explica Mincho Benov, director de Habitat Bulgaria:
"Desgraciadamente, el problema ha ido a más a medida que han ido pasando los años, por eso nosotros nos hemos centrado precisamente en buscar una forma de solucionarlo, puesto que esa es la misión de Hábitat Bulgaria. Esta es una organización de utilidad pública cuyo objetivo es trabajar para mejorar las condiciones de vivienda en el país y eliminar la pobreza habitacional. Este programa existe desde 2008, y en todo este tiempo hemos estado financiando préstamos individuales por más de 1 millón 800 mil levas. Nuestro enfoque está funcionando porque los rendimientos que estamos obteniendo al atender estos préstamos de forma regular, son extremadamente altos. En marzo de 2020, cuando comenzó la pandemia, obtuvimos una rentabilidad superior al 97% - un nivel extremadamente alto, sobre todo teniendo en cuenta el entorno de riesgo en el que operamos. Desde que lo reanudamos el año pasado, hemos tenido un único impago de préstamo. La gente está pidiendo un segundo y un tercer préstamo para poder así solucionar poco a poco también problemas mayores. Los problemas se están solucionando claramente y el programa está funcionando".
La ONG se ha centrado en lugares de extrema pobreza donde los ingresos extremadamente bajos de las personas, les impiden obtener financiación por la vía habitual. "Así que el enfoque allí ha de ser a través de una combinación de diferentes instrumentos de apoyo", explica Mincho Benov:
"Además de acceder a esta financiación sin intereses, hemos desarrollado y ofrecemos a estas comunidades tres módulos de formación diferentes dedicadas a la educación financiera y al ahorro de recursos, y aparte ofrecemos consejos prácticos sobre cómo construir legalmente y cómo hacer distintos tipos de obras. Además, cada año proporcionamos financiación sin intereses a las comunidades para iniciativas locales que han sido propuestas previamente. De este modo, la fundación alcanza unos objetivos reales. Por ejemplo, en algunos pueblos de la localidad de Botevgrad, fue instalado el alumbrado público con lámparas solares, se distribuyeron bombillas de bajo consumo a las familias, y en un pueblo cercano a la ciudad de Targovishte, se está construyendo un nuevo parque infantil".
“Hábitat Bulgaria también es socio del Estado en el desarrollo de políticas a nivel nacional, pero lo que queda claro del trabajo de campo, es que el Estado parece estar ausente a la hora de apoyar a las comunidades más pobres. En los últimos 30 años, los ayuntamientos no han estado cumpliendo con sus obligaciones. Al permitir la construcción ilegal a gran escala, el hacinamiento es cada vez mayor y las condiciones de vivienda de la gente están empeorando”, resume Mincho Benov, y comenta que el arduo trabajo de la fundación durante todos estos años, es la muestra de que los cambios son posibles, pero sólo si se destinan más fondos y sólo si el Estado adopta una actitud responsable de cara a la situación.
Autor: Gergana Mancheva
Versión en español: Alena Markova
Fotos: BGNES, Hábitat Bulgaria
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