El hombre forma parte de la sociedad y difícilmente podría vivir sin socializarse. Por eso, la preocupación por presentarnos bien ante los demás comienza a una edad muy temprana, en los años en que estamos aprendiendo a hablar. Todo empieza en la familia, pero un estilo de vida ajetreado frena el desarrollo del habla en los más pequeños. Hoy en día los niños aprenden a hablar correctamente cada vez más tarde - así no lo explican los especialistas que se dedican a "curar" los defectos del habla. Los padres no se comunican lo suficiente con sus hijos, y a eso se le añaden las largas horas delante de una tablet o un ordenador, lo cual también dificulta el desarrollo del lenguaje. "Aparte de la tecnología, los idiomas extranjeros también tienen parte de “culpa”, especialmente el inglés, que entra a formar parte del habla de nuestros hijos a una edad demasiado temprana, y que también ralentiza el proceso de aprendizaje del búlgaro. No olvidemos que nuestro idioma es difícil y que necesitamos prestar especial atención tanto a la pronunciación correcta, como al correcto orden de las palabras cuando nos expresamos", comenta Boryana Murgina, logopeda profesional con años de práctica.
Las escuelas búlgaras disponen desde hace años de una sala especializada en logopedia donde se trabaja con los niños, sobre todo con los que tienen necesidades educativas especiales. "Este es un gran apoyo para los padres pero, por desgracia, el logopeda del colegio tiene tanto que hacer que es difícil prestar atención detenidamente a todos y cada uno de los niños", explica Boryana Murgina. Para poder abarcar todo el trabajo, acuden como apoyo adicional especialistas de logopedia de consultas independientes, donde también se forman los estudiantes de logopedia.
Además de su consulta en Sofía, Boryana Murgina también recibe invitaciones para consultar a los hijos de búlgaros que viven en el extranjero, que asisten a las escuelas dominicales. Boryana es asesora de la escuela búlgara "Abagar" en Roma y está muy contenta con los resultados que consiguen junto con los profesores y los padres de los niños búlgaros de allí. "Estoy muy contenta viendo que estas familias no olvidan sus raíces y que quieren perpetuarlas. El búlgaro es una lengua difícil, pero la lengua materna es realmente importante para el desarrollo intelectual y emocional de cada niño", afirma la especialista.
"Nos encontramos muchos problemas con el habla de estos niños, ya que, al encontrarse en un entorno de lengua extranjera, su búlgaro suena "tosco". La estructura de sus frases a menudo es incorrecta por lo que se necesita un trabajo específico con el logopeda para conseguir mejorar el habla. Aconsejo a las familias en que los padres hablan cada uno una lengua diferente, que ambos hablen en su lengua materna con el niño, porque todos tenemos idiosincrasias, como los juegos de palabras, y éstas se transmiten de generación en generación. De esta manera los niños también se sentirán más a gusto. Así que, mi consejo a los padres es que hablen con el niño en su lengua materna siempre que puedan y después también en la lengua del entorno en el que viven. Los pequeños aprenden rápido cuando su entorno es tranquilo. Si se habla con naturalidad, entonces los niños no experimentarán estrés a la hora de trasladarse de Bulgaria a otro país. Los niños de hoy son muy creativos y aprenden rápido, así que con un poco más de atención por parte de los padres, puede producirse sin problema un cambio suave del entorno habitual a un entorno nuevo".
No hay estadísticas exactas sobre cuántos niños tienen problemas de habla en Bulgaria, pero el número ha aumentado considerablemente en los últimos años. En la consulta especializada de Boryana Murgina en Sofía hay al menos 7 consultas diarias de niños con un retraso en el desarrollo del habla. Y resulta que la labor del logopeda, aunque sigue estando en la sombra, desempeña un papel muy importante en el diagnóstico de varias enfermedades neurológicas:
"Hace tres años creamos una asociación de logopedas privados donde trabajamos precisamente sobre estos temas para poder crear una base de datos acerca de los niños, y remitirla al resto de profesionales que trabajan en toda Bulgaria facilitando así a los padres", explica Boryana Murgina. "El apoyo a los padres es muy importante. Por ejemplo, en el caso de tener un niño autista, la familia necesita muchísimo apoyo. Actualmente, en la práctica búlgara está haciéndose hueco un nuevo campo de práctica llamado "ergoterapia". La ergoterapia está relacionada con los movimientos mediante los cuales son "atacados" los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro. Los especialistas en esta materia se complementan con el equipo de logopedas y son de gran ayuda en nuestra práctica general."
Autor: Gergana Mancheva
Versión en español: Alena Markova
Fotos: Facebook/ Boryana Murgina, Escuela dominical "Abagar"-Roma, Evelina Petrova
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