Bulgaria forma parte cada vez más de una dinámica común de cambio de ubicación de los ciudadanos europeos. No hay países europeos inhóspitos; más bien, es una cuestión de políticas e intereses diferentes de los búlgaros", afirma la etnóloga Dra. Yulia Popcheva, del Instituto de Etnología y Estudios Folclóricos adscrito a la Academia Búlgara de Ciencias. En una entrevista para BNR, ella comentó los resultados de un estudio interinstitucional sobre la identidad contemporánea de los búlgaros.
¿Es la identidad europea una fórmula abstracta y con qué la asocian los búlgaros?
Casi el 48% de nuestros compatriotas perciben a Bulgaria como un Estado miembro de la UE y el 30% como un país balcánico en la encrucijada entre Oriente y Occidente. Solo el 2% percibe a Bulgaria como un país orientado hacia la cooperación activa con EE.UU., lo que está dentro del margen de error estadístico. Los búlgaros están orientados hacia Europa, pero al mismo tiempo, para el 62% de ellos, el principal marcador de la identidad europea es la situación geográfica, para el 33% el pasado histórico, y para el 27% el patrimonio cultural. Para el 23%, la identidad europea equivale, sobre todo, al desarrollo económico general, y para el 22% de los encuestados, la identificación se relaciona con la política y la legislación generales, según muestra la encuesta.
Según la encuesta, los búlgaros se identifican mucho más con Europa como continente y civilización que con su organización política y económica.
"Cuando hablamos de lo local, nacional y supranacional como formas de entender la identidad personal, estamos más bien hablando de distintos niveles de esa identidad. Para una persona, es igual de importante sentirse búlgara y sentirse vinculada a su lugar de nacimiento. Conocemos a personas que definen su identidad étnica como diferente de la búlgara, pero en realidad se sienten búlgaros. Estas identidades no están en conflicto, sino que se complementan. Muy a menudo, los encuestados extranjeros te dirán exactamente de qué ciudad son, de qué pueblo son y lo mucho que les gusta volver a ese lugar. Ellos siguen sintiéndose vinculados a su lugar de nacimiento, claro, si no se sienten ofendidos por el Estado", señala Yulia Popcheva.
La identidad nacional de los búlgaros siempre ha sido muy sólida y se manifiesta en distintos niveles. Lo más interesante es que lo europeo está cada vez más arraigado, con una difuminación de las fronteras entre los jóvenes. Para ellos, viajar al extranjero es cada vez más fácil. Los estudiantes de hoy han crecido en condiciones en las que Bulgaria forma parte de la UE, con la conciencia de ser ciudadanos europeos. Cuando estudian en Occidente, no lo hacen con la sensación de emigrar permanentemente, sino con el sentido de la oportunidad de conocer otra cultura.
También existen diferencias en la percepción de Europa y, en general, de lo "extranjero" por parte de las distintas generaciones de búlgaros. En los últimos 30 años, hemos experimentado distintos regímenes de visados: primero, un régimen con visados; luego, un régimen sin visados; después de 2007, se nos permitió viajar pero no trabajar; y desde 2014, trabajar. Desde hace unas semanas, está en vigor el llamado Schengen parcial. Esta evolución está relacionada con la percepción de Bulgaria como parte y participante en la vida de la UE, señala Julia Popcheva.
"Más bien, Europa a veces aparece en nuestra investigación como la imagen negativa de ese lugar que nos arrebató a nuestros hijos; nuestros hijos no están con nosotros. Esta es la connotación negativa que podemos encontrar hasta cierto punto. Sin embargo, da la impresión de que cada vez viaja más gente mayor. Los mayores de hoy eran los jóvenes de hace 30 años que comenzaron a viajar".
Los trabajadores de campo del proyecto constatan que tanto Europa como la UE se perciben más por su valor cultural e histórico que por el institucional.
"La encuesta que realizamos en nuestro proyecto sobre las identidades nacionales y europeas contemporáneas (representativo a nivel nacional) muestra exactamente esto: Europa y la UE están muy entrelazadas en la percepción de la gente y, por otro lado, no se identifican tanto con las instituciones europeas. Se acercan las elecciones europeas, y volvemos a decir que la participación volverá a ser baja precisamente por esto, porque hemos oído muy a menudo en esta encuesta: 'siempre hemos formado parte de Europa'. Es decir, hay una mezcla entre las ideas geográficas, históricas y culturales de Europa. Yo no diría que Europa se siente lejana para el búlgaro moderno, sea de la generación que sea", añade Yulia Popcheva.
Entrevista: Yana Boyanova
Traducido y publicado por Borislav Todorov
Fotos: Instituto de Etnología y Estudios Folclóricos adscrito a la Academia Búlgara de Ciencias, Yana Boyanova, BTAEl pueblo más grande de Stara Zagora, Hrishteni, ha acogido hoy por decimoctava vez la tradicional "Fiesta de la Manzana del Paraíso" de otoño. Esta fruta exótica crece en casi todos los patios, por lo que se celebra en noviembre, cuando la manzana..
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