Bulgaria afronta las séptimas elecciones parlamentarias en los últimos tres años. La causa es que una vez más los tres mandatos exploratorios entregados por el presidente a los partidos de representación parlamentaria no pudieron ser realizados.

¿Cuál es el estado de la democracia y del sistema político en Bulgaria en el callejón sin salida en que se encuentra el país? Hemos tratado de dar respuesta a esta pregunta con la ayuda del politólogo de la agencia Gallup International Balkan Svetlín Táchev.  

A su juicio, está presente un desgaste de las formaciones políticas ya que “si se organizan elecciones con gran frecuencia éstas no pueden presentar algo nuevo a los electores quienes por su parte no pueden encontrar una alternativa”. Hay otro problema:

“Creo que esta crisis de la democracia se convierte en una situación de gobierno temporal ya que Bulgaria casi permanentemente está en las condiciones de un gobierno interino y varias instituciones y miembros de órganos regulatorios trabajan con los mandatos expirados. Este gobierno temporal coloca al país en una encrucijada, ya que a medida que se profundiza la crisis política y la crisis de la democracia más comenzarán a escucharse las voces del degaste del modelo y la necesidad de que sea cambiado por uno nuevo y esto es lo más peligroso. El problema no radica en el sistema, sino en la elite política que ha perdido el reflejo de gobernar”. 

Aparte de la baja participación electoral con la cual fueron elegidos los diputados en la 50 Asamblea Nacional, el Parlamento mostró otro indicio de crisis de la democracia: el impresionante número de los diputados independientes (39), parte de los cuales adoptaron este estatuto casi inmediatamente después de la formación de la Asamblea Nacional.  

La receta para gestionar la crisis política radica en la optimización del proceso y no en su mutilación, opina el politólogo y explica:

“Un ejemplo de optimización era el voto preferencial mediante el cual en las sólidas listas políticas apareció la posibilidad de un elemento mayoritario y con los años las personas aprendieron a aprovecharlo efectivamente. Otra optimización era el voto por máquina, a pesar de que hay debates de si es rentable o no, pero éste optimiza el voto con la disminución de las papeletas nulas y hasta cierta medida reduce el voto corporativo. Mediante mecanismos de este tipo paulatinamente puede ir mejorando el estado del proceso electoral y la democracia, pero en vez de buscar recursos para que esto suceda lo que hacemos es destruirlo, dice categórico Svetlín Tachev y explica:

Cuando se hacen enmiendas constitucionales orientadas a una determinada persona y no con el fin de mejorar la democracia se llega al momento en que el Tribunal Constitucional rechaza todas estas enmiendas relacionadas con el sistema de Justicia y deja las relacionadas con el Gabinete interino. Es decir, cuando se hacen enmiendas, éstas deben aportar a lo que ya existe en vez de mutilarlo”.

Svetlín Táchev explica en los siguientes términos la baja participación electoral que alcanzó un auténtico antirrécord en las elecciones del julio pasado, cuando el 34.41% de los votantes eligieron los diputados:  

“Es probable que la participación electoral siga disminuyendo con lo cual se ve que la apatía entre los ciudadanos búlgaros va creciendo y esto puede ser considerado un indicio de protesta. Con su renuencia a participar en las elecciones los votantes muestran que no están de acuerdo con lo que sucede. La baja participación electoral aparte de deslegitimar la representación en la Asamblea Nacional da la posibilidad que el número de los votos necesarios para la superación de la barrera del 4% disminuya y permite el acceso de nuevos partidos pequeños y exóticos con lo cual el Parlamento se vuelve más fragmentado y la formación del Gabinete se convierte en una tarea más difícil”.  

Fotos: Facebook, Ani Petrova (BNR)

Versión al español de Hristina Táseva