Los campeones olímpicos de lucha, Semen Novikov y Magomed Ramazanov, fueron recibidos solemnemente en el aeropuerto de Sofía con coros, gaitas y coronas de laurel. "He sentido el apoyo de todos los búlgaros. Mi próximo objetivo es un título mundial. Fui campeón de Europa, ahora campeón olímpico, necesito completar el conjunto". Estas fueron las palabras de Semen Novikov, búlgaro nacionalizado nacido en Kharkiv (Ucrania), a su regreso de París, donde ganó la medalla de oro en la categoría de 87 kg de lucha clásica. Novikov dio las gracias especialmente al empresario búlgaro Grisha Ganchev, principal patrocinador de la lucha búlgara, por haberle dado una segunda vida en este deporte, y a su entrenador personal, Soslan Farniev, que "creyó en mí y me hizo subir de nivel".

"Doy las gracias a toda Bulgaria por darme una oportunidad y por haber sido capaz de aprovecharla al máximo. Los dos últimos años han sido muy complicados, no sabía si iba a poder seguir luchando. Bulgaria es mi segunda patria. Algún día, cuando termine mi carrera de competidor, ayudaré a Bulgaria transmitiendo mi experiencia. Espero poder ser útil al país, aquí hay muchas personas con talento". Así se expresó el medallista de oro en lucha libre, Magomed Ramazanov, también nacionalizado búlgaro, originario de Daguestán. En cuanto a sus objetivos  de cara a un futuro relativamente próximo, esto son los títulos europeos y mundiales, y, por qué no, otro título olímpico más. En París ganó la final con 7:1 puntos en la categoría de 86 kg de estilo libre contra el legendario iraní Hasan Yazdani Charati.

Bulgaria finalizó los Juegos Olímpicos de París con tres medallas de oro, una de plata y tres de bronce, ocupando el 26º puesto en el medallero general y el segundo lugar en los Balcanes, detrás de Rumanía.