El primer timbre escolar reúne a más de 32 000 menores búlgaros en 43 países en 6 continentes en todas las 396 escuelas dominicales búlgaras por el mundo, registradas para el año escolar 2024- 2025. Más de 2 000 profesores transmitirán sus conocimientos a los menores búlgaros y les enseñarán no solo a leer y escribir, sino a respetar las tradiciones de su pueblo y su cultura nacional. 

Según datos del Ministerio de Educación y Ciencia, 268 de estas escuelas (seis más en comparación con el año escolar 2023-2024) serán financiadas en el año escolar presente con casi 8 000 000 euros. Los medios serán asignados en el marco de los tres programas que operaban también el año pasado: Lengua materna y cultura en el extranjero, Las historias no contadas de los búlgaros y Bulgaria: rutas educativas.

Durante la última conferencia anual de la Asociación de Escuelas Extranjeras a finales del mes de julio en Sofía, fue mencionado que los centros educativos en el extranjero tienen la necesidad de ser apoyados para encontrar recintos. El mayor número de las escuelas búlgaras se encuentra en el Viejo Continente: 331, mientras en Norteamérica hay 52 centros en los cuales lo menores búlgaros estudiarán el cirílico con orgullo.

Еn el continente más grande y más numeroso en el mundo, Asia, las escuelas dominicales búlgaras son siete. Una de ellas es la única escuela búlgara en Kuwait, que funciona en cooperación con la Embajada de Bulgaria en el país árabe.   

La escuela dominical búlgara santos hermanos Cirilo y Metodio fue creada por Tanya Maleshkova en 2007 por iniciativa de la comunidad búlgara residente allí y desde entonces hasta la fecha funciona sin interrupciones con el apoyo del Estado búlgaro. Cada año en la escuela se forman unos 30 niños de 4 a 18 años de edad, repartidos en varias clases y un grupo preparatorio. El proceso docente tiene lugar los viernes, que son días festivos para Kuwait, en la ede de la Embajada. 

Para Milena Baeva, profesora de matemáticas en la Universidad de Kuwait, el presente año escolar será el octavo en el cual ella ocupa el cargo de directora de la escuela dominical santos hermanos Cirilo y Metodio. Reconoce que la escuela es su gran pasión y por esto ha decidido sacrificar sus días festivos a pesar del intenso trabajo en la universidad, los compromisos familiares y sus dos hijos pequeños en casa. 

“Tenemos una comunidad pequeña pero muy unida en Kuwait y aquí están los hijos de mis amigos y de mis familiares. Mis hijos eran pequeños cuando me convertí en parte de la escuela búlgara, pero en estos momentos ellos estudian en ella. Para mí es muy importante que los niños sigan creciendo en un entorno de este tipo y que encuentran su identidad como búlgaros. 

Los nuevos menores búlgaros que acuden a la escuela en gran medida son ciudadanos del mundo, pero de ninguna manera se sienten menos búlgaros, dice categórica Baeva.

Según datos no oficiales, la comunidad búlgara en el Estado de Kuwait es de unas 300-350 personas, explica Milena Baeva. Para trabajar en Kuwait es necesario un visado de trabajo que se expide solamente a especialistas altamente cualificados. Por esto la comunidad búlgara en el país consta sobre todo de profesores universitarios, profesores de escuela, médicos, enfermeras e ingenieros, explica Baeva. “Este hecho crea dificultades a la hora de encontrar profesores para la escuela búlgara”. 

A pesar de que no es tan numerosa, la escuela búlgara en Kuwait no deja de interesarse en lo que sucede en la patria.

 “A veces tengo la sensación de que los búlgaros en el extranjero son más activos cuando se trata de elecciones, de estar al tanto de la política y de los mensajes, en comparación con algunos amigos míos que están en Bulgaria. Uno siempre tiene la esperanza que la situación mejorará. Me gustaría que los búlgaros dejen de creer en el populismo, en las promesas baratas y que cada uno e dé cuenta de qué es lo que quisiera que suceda en el país”. 

Milena desea que Bulgaria sea un país democrático en Europa, que siga siendo respetado en el escenario político mundial.

“Mi deseo es que Bulgaria sea un Estado en el cual mis hijos regresen y que sean parte de él. Que los haga sentirse felices de que son ciudadanos del mundo”. Ella hace lo que depende de ella. Igual que lo hace el resto de los 2000 profesores búlgaros en el extranjero.

Versión al español de Hristina Táseva