Belleza y fuerza, dos palabras que aparecen en nuestra conciencia como una visión, emoción o recuerdo cuando ojeamos el calendario deportivo del año que despedimos. Con la belleza de su cinta Boryana Kalein escribió el mensaje de que con fuerza interior y fe podemos lograr incluso nuestro sueño más imposible. Carlos Nasar sostuvo sobre su cabeza otra pesa que supera nuestra imaginación en una bella batalla entre el espíritu y el dolor físico. La esbelta y valiente Kimia Alizade se opuso al régimen opresor en Irán y sin rendirse en el tatami conquistó una medalla olímpica para su nueva patria.

“Si nos escondemos detrás de las siete medallas olímpicas, el año es muy exitoso, increíble y excepcional ya que añadimos nuevas medallas a la colección de Tokio en 2021, dice el periodista deportivo Kamen Alipiev. Últimamente Bulgaria se convierte en un Estado no tan tolerante y en este telón de fondo acumula medallas ganadas por deportistas que no pertenecen a la escuela búlgara, como son dos de los tres deportistas que nos trajeron medallas de oro: Semen Novikov y Magomed Ramazanov, y los que ganaron el bronce: Kimia Alizade y Javier Ibáñez“. 

Sin duda, deportista del año es el pesista Carlos Nasar quien ganó sus batallas en varios frentes compitiendo con una grave lesión y la necesidad de ser operado. 

“Tal vez tendré que descansar cierto tiempo, pero creo que no perderé competiciones, ha declarado. En 2025 participaré en la categoría de 98 kilogramos la cual, a mi juicio, será muy fuerte y tendré que afrontar nuevos retos, nueva competencia y nuevos records mundiales que tendré que batir". 

Semen Novikov, un luchador nacido en Ucrania que compite por Bulgaria, ganó medallas de oro en la lucha grecorromana. 

“Un título mundial”, así responde lacónicamente a la pregunta de cuál es su siguiente objetivo.  “Quiero agradecer a Bulgaria ya que sentía el apoyo de cada búlgaro y decir a los niños que emprenden su camino en la lucha que no deben renunciar ante las dificultades y las pérdidas, lo más importante es no rendirse”.

El campeón olímpico en la lucha libre Magomed Ramazanov, nacido en la República de Daguestán, no pudo competir durante tres años a causa de la guerra en su país. El entrenador Miroslav Kolev, de Veliko Tarnovo, comenzó a trabajar con él y finalmente lograron el grandioso éxito en París.

“Para lograr mis nuevos sueños me propongo entrenar hasta la edad de 35 años”, dice el luchador. Si estoy sano y paciente lograré este objetivo. Mientras, trataré de conquistar el título de campeón europeo y una vez más ganaré el oro en los JJOO dentro de 4 años”.

En París Boryana Kalein que ganó la medalla de plata, contó la historia de su vida en la gimnasia rítmica, recreando distintas etapas en sus composiciones y ahora emprenderá un camino nuevo ya que, en sus palabras, después de cada final viene un inicio nuevo. Ella promete que algún día regresará a la sala como entrenadora. 

“Uno vive y respira más tranquilamente cuando haya cumplido su sueño, dice Boryana Kalein. Tal vez con el paso de los años me daré cuenta del número de las personas que ha conmovido mi logro y mi juego, porque para mí esto era un momento emocional especial y las personas que me miraban lo sintieron de otra manera. Me doy cuenta de las niñas que se inspiran en este logro y me alegro que soñarán con más valentía”.

Kamen Alipiev coloca los éxitos de Grigor Dimitrov al lado de los de los medallistas olímpicos. El tenista terminó el año en el TOP 10, fue condecorado con el premio Stefan Edberg a la Deportividad de la ATP y recibió un montón de reconocimientos: entre ellos el de mejor partido del año con su victoria contra Carlos Alcaraz en el torneo de las series master 1000 en Miami y de más impresionante golpe de revés  en el torneo. 

En 2024 la selección nacional de voleibol ganó el título europeo en los dobles, se notó la presencia de los competidores búlgaros en los deportes de invierno y Valentina Gueorguieva llevó a cabo sus pequeñas hazañas en la gimnasia deportiva clasificándose en el quinto puesto en las finales de salto en la olimpiada. 

A juicio de Kamen Alipiev, el objetivo no es ganar kilos de medallas, sino que los campeones se conviertan en figuras que aúnan y que sus logros despiertan el interés hacia el deporte.  

 “De esta manera se crea una cultura deportiva y se logra los más importante: que el mayor número posible de personas hagan deporte, dice Kamen Alipiev. En estos momentos el deporte búlgaro existe a pesar de la falta de una política estatal y de esfuerzos por desarrollar un proceso a largo plazo. Nosotros, como una sociedad no tenemos objetivos a largo plazo y esto es válido asimismo para el deporte. En estos momentos apostamos en grandes éxitos como los que vimos en los JJOO. Lo bueno es que tenemos una finalista en el campeonato mundial de tenis para adolescentes Junior Orange Bowl en la persona de Elizara Yaneva; tenemos a Nikola Tsolov, quien puede convertirse en el primer búlgaro que compite en Formula 1; Radoslav Yankov ganó una victoria en la Copa Mundial de Snowboard después de una pausa de siete años. Es decir, en término de resultados el año puede ser calificado como exitoso”. 

Al término de su implacable análisis Kamen Alipiev concluye que no debemos sentirnos enormemente excitados y rebosantes de orgullo nacional por lo que ocurre en el deporte búlgaro.

Fotos: EPA/BGNES, BGNES, BTA, Ani Petrova- BNR,  Facebook/BTFWT, Freepik

Traducido y publicado por Hristina Táseva