El lazo entre Bulgaria, los bigotes de Dalí y Picasso es un tema que podría seguir siendo ampliamente discutido en los próximos años o tal vez decenios. La causa de ello no tiene que ver con las nuevas tecnologías o la inteligencia artificial, ni con descubrimientos de los lazos familiares de los grandes pintores del siglo XX, sino con una búlgara, la pintora Anna Mutavska.

Nació en la ciudad de Burgás y es más famosa en el podio de las bellas artes mundiales que en Bulgaria. Inició su trayectoria artística en España donde vivía en aquel momento. Sus cuadros encontraron rápidamente sus nuevos propietarios entre coleccionistas en Canadá, Francia, España y Bulgaria. Sus lienzos recibieron reconocimiento profesional de prestigiosos concursos de bellas artes. Uno de ellos es el premio del concurso Los bigotes de Dalí que tuvo lugar en Madrid en 2022.

Poco después de esto los organizadores del Festival Internacional de la Paz en Canadá compararon uno de sus lienzos con el cuadro más famoso de Pablo Picasso y en 2023 el curador de la Bienal de Venecia Salvo Nugnes calificó a Anna Mutavska de “inspiradora de las artes y de la cultura” y subrayó que sus obras “no dejan de cautivar a los espectadores” ya que son un “puente que va a través del propio arte”.

Hoy propietarios de galerías y curadores de Europa y América del Norte se muestran muy interesados en la obra de la búlgara y la califican de un fenómeno que es comparable al de los grandes pintores del siglo XX. En septiembre de 2024 sus lienzos fueron exhibidos por primera vez en el territorio de Bulgaria, en su ciudad natal: Burgás. Es un hecho interesante que Anna demostró su talento siendo niña, cuando a los 10 años de edad ganó su primer premio de un concurso nacional de pintura infantil y el entonces presidente Zheliu Zhelev personalmente le entregó el certificado. Cuando terminó la secundaria, sin embargo, Anna emprendió otro camino profesional bien diferente que la llevó a España y allí el arte volvió a encontrarla. 

La historia de Anna es como un cuento de hadas y como una provocación que puede cambiar nuestras ideas más básicas sobre el mundo. Por ejemplo, el hecho de que nosotros escogemos el camino profesional que emprendemos y que nuestras posibilidades de elegir son ilimitadas. ¿Qué sucedería si nos imaginamos que el camino es el que nos busca? Y si permitimos ser encontrados podríamos dar rienda suelta a nuestro pleno potencial e incluso demostrar nuestro talento, como afirma la propia Ana.

 “Si Dios te ha besado y te ha dicho “Tú serás así”, será así. Te ocuparás de algo distinto, como es mi caso, algo que trae más dinero, pero al final retomarás tu vocación. Antes de dedicarme a la pintura tenía negocios muy exitosos en el ámbito de la mercadotecnia, el turismo y la administración empresarial. Ahora, gracias a algunos de los concursos españoles he ganado una beca en la Academia de las Artes en Madrid y la especialidad que estudio es Historia del arte, dice Anna Mutavska. Uno de los concursos que definieron su trayectoria como becaria en la Academia es Los bigotes de Dalí. El cuadro con el cual participó es de cuatro dimensiones y se titula El amor es una paloma.

“La idea común es de la unidad en este mundo insensible en el cual uno de los grandes valores es el amor. Cada parte del cuadro representaba un aspecto y tema diferente del amor. En mis años infantiles me impresionaba en Claude Monet y de la manera en que inicialmente no se entiende nada de sus cuadros, pero cuando uno se fija bien todo se vuelve claro. En estos cuadros soplaba un viento específico que debe soplar en cada cosa de la cual se ocupa uno. Incluso si vende chicles este viento debe estar presente”, afirma Anna Mutavska y agrega que ahora su pintor favorito es Picasso, el artista con el cual la compararon en el festival en Canadá: 

“Participé de manera absolutamente anónima en la parte que estaba dedicada a la cultura y al arte. Me entregaron el tercer premio, pero no hubo otros premiados en este apartado. Entonces la curadora canadiense denominó mi cuadro La Guernica contemporánea. Lo interesante es que soy la única artista que fue comparada con Picasso, soy una mujer, soy búlgara, y siempre seré búlgara. Amo a Bulgaria y la adoro”, dice sonriendo Anna Mutavska para quien el viento parece que es aquella sensación inexplicable con la cual cada uno podría expresar su pleno potencial mientras crea lazos allí donde los conceptos de la lógica no funcionan. Es el lazo que existe entre Bulgaria, los Bigotes de Dalí y Picasso.

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Fotos: BTA, Desislava Shapkarova

Traducido y publicado por Hristina Táseva