Debido acaso a la parcialidad y al patriotismo local acaso o debido a una evaluación objetiva, mucha gente define la costa norte de Bulgaria como la parte más aristocrática del litoral búlgaro. A finales de los años 60 del siglo 20, allí surgió la estación turística Albena, muy atractiva y de arquitectura audaz para la época. Rusalka y Zlatni Pyasatsi son otras dos perlas del litoral norte de nuestro país. Naturalmente, el mayor centro marítimo es la ciudad de Varna, que ocupa la primera posición de la clasificación de los paisajes urbanos de la costa. Las estaciones turísticas del norte han ganado a fieles admiradores desde hace mucho tiempo por su afán de lograr más elegancia y estilo en la variada oferta turística. Balchik es uno de los lugares que atraen a la gente por su bohemio ambiente artístico y por su exquisitez aristocrática. Si a ello agregamos la hermosa vista al infinito azul del mar que ofrece, es fácil entender por qué durante los años 20 del siglo pasado, María, la reina de Rumanía, escogió precisamente ese “trozo del paraíso” para establecer su residencia de verano.
Así, en la costa de Balchík, apareció un pequeño palacio rodeado de un suntuoso parque. El complejo era una finca autónoma, con todos los edificios e instalaciones necesarios para su funcionamiento. Antaño allí había una oficina de correos, garajes, hasta una pequeña unidad militar. Hoy en día esta obra maestra de la arquitectura todavía lleva el nombre de El Palacio. Junto con el Jardín Botánico es uno de los 100 sitios turísticos de especial interés en Bulgaria. La directora del Centro de Cultura El Palacio, Ivelina Radílova, nos guía por la antigua residencia real.
Hoy en día, El Palacio es uno de los sitios más extraordinarios no solo en la costa norte, sino también en toda Bulgaria,
dice la señora Radílova. Está bien conservado y recibe constantemente cuidados para su mantenimiento. Uno de los lugares interesantes que los visitantes pueden ver en el complejo es la residencia real, llamada El nido tranquilo. Era la residencia personal de la reina. Hoy en su interior está montada una exposición que muestra la historia del Palacio. Los visitantes pueden ver una reconstrucción de la sala de estar, el dormitorio, el tocador, el cuarto de baño de la reina. Las habitaciones presentan casi el mismo aspecto que cuando la reina vivía allí. Otro sitio interesante del Palacio es la capilla que la reina llamó Stella Maris. Hoy es una capilla ortodoxa operante, consagrada a la Asunción de la Virgen. El edificio es una réplica de una iglesia del siglo 15 situada en la isla de Chipre. Aquella capilla encantó a la reina y ella mandó hacer una réplica de la misma en su residencia en Balchik. A un lado de la puerta está dibujada la imagen de la reina y al otro está la imagen de su hija predilecta, la princesa Iliana.En la zona del complejo hay muchos edificios de arquitectura interesante. La Sra. Radílova comenta que algunos tenían aplicación práctica y otros tenían más bien funciones estéticas.
En el Palacio hay muchos tronos de piedra. Pienso que son 5 ó 6 pero la reina coleccionaba también otros objetos bellos. El parque es una verdadera colección al aire libre compuesta por varios elementos pequeños. Hay gran número de bellas cruces de piedra traídas de Moldavia. Se pueden ver grandes jarros de barro, ricamente decorados.
Si uno decide sacrificar un día de playa durante sus vacaciones de verano, o si decide dar un paseo por la bella costa búlgara en primavera o en otoño, el aire del Palacio de Balchik lo cargará de energía e inspiración. Podría alojarse en alguna de las casas del conjunto convertidas en hoteles, y los aficionados a los manjares marítimos encontrarán un verdadero tesoro de sabores y fragancias en la playa misma.
Versión en español por Katia Bóbeva