“Me siento feliz de verdadad sentir esta sensación llamada disfrutar de la música”,dice Petar Ralchev. El nombre del famoso acordeonista es conocido mundialmente desde hace mucho tiempo. Él tiene seguidores en Europa, Estados Unidos, Asiay en los Balcanes es una auténtica leyenda.Ya más de una década ha trabajado con músicos de diferentes nacionalidades. Interpreta cancionesdel folclore búlgaro, participa en formaciones de música etno y jazz. Podemos encontrar información sobre su contribuciónen el libro enciclopédico “Historia del acordeón”(1991) de François Billard y Didier Roussin. En los últimos años toca sobre todo en Lobby, un sexteto de música jazz,creado por el batería Stéphane Galland. En el grupo también están el pianista armenio Tigran Hamasyan, el percusionista Misirli Ahmety otros dos famosos instrumentistas. En 2014 ellos han participado en varios festivales de jazz en Bélgica, Francia y Argelia.Lamentablemente no disponemos de una grabación suya, pero les ofrecemos una actuación de Batoru, un grupo internacional liderado por Dirk Strakhof, Batoru, de Alemania.Él es el autor de la obra de teatro Finalmente(At Last).
“Uno de los retos profesionales delosúltimosaños ha sido mi participación en un grupo que interpreta klezmer”,comenta Peter Ralchev y continúa:
“Es posible que no todos sepan que es uno de los estilos de la música de los judíos en Europa. Está claro, que a lo largo de los años ellos “han tomado prestadas” entonaciones musicalesde los pueblos, con los que han convivido. Se han creado unas influencias muy interesantes. Nos hemos reunido por la iniciativa de Alan Bern, pianista y acordeonista de Estados Unidosque vive en Europa. El decidió equiparar dos estilos que hace tiempo coexistían en el viejo continente: el klezmer y la música de los gitanos lautari, popular en Rumania, Moldavia y Ucrania. Tocamos por primera vez en un festival en Helsinki. Desde entonces nos invitan constantemente a diferentes foros. El trabajo con estos músicos y con el grupo de Stéphane Galland, para mí es muy interesante. Es un honor compartir un escenario con artistas tan importantes.”
Hay que decir,que antes de descubrir el encanto del klezmer, Petar Ralchev incorpora con entusiasmo en su repertorio obrasde autorinfluenciadas pordiferentes culturas.
“Creo que lo más importante es amar lo que uno hace, señala Petar Ralchev y continúa, así como tener la aspiración de evolucionar y perfeccionarse constantemente. La base de todo es el amor a la música. Hay que vivir con ello. A veces no toco durante días, pero el pensar en el arte no me abandona y constantementeme vienen ideas nuevas. Con 5 años de edad aprendí de mi tío mi primera melodía y la interpretéen el acordeón. Después estudié con Kostadin Milarov en Pazardzik, luego en la escuela de música de Plovdiv. Jamás he pensado que podría haber elegido otra profesión. Bueno, como cualquier niño, entonces soñaba con ser buen futbolista pero siempre he sabido lo que el destino tiene reservado para mí: la música. La alegría más grande es cuando uno experimenta la satisfacción de un concierto, de su interpretación. Lo fundamental es que se produzca un dialogo con los amigos del escenario. Y cuando logras que el público reaccione con entusiasmo ante la actuación, la sensación es aún más emocionante”.
Versión en español por Ruslana Valtcheva