80 años duró la vida de Petko Stainov /1896-1977/. Siete decenios de ella pasaron en plena oscuridad, ya que perdió la vista siendo niño. Dicen que si uno es invidente, sus demás sentidos se agudizan. Tal vez esto explique las palabras de Petko Stainov: “Desde el momento en que una idea o una imagen comienzan a vibrar en la conciencia del compositor hasta el momento en que, tras muchas transformaciones, se convierte en música, el compositor, junto a su existencia real, tiene otra más, espiritual. Consiste en una contemplación del mundo en sus múltiples manifestaciones, a través de visiones, percepciones y sensaciones que nutren la creación musical”.
Petkov Stainov desarrolló en sí una fina sensibilidad a los gustos y las necesidades del público nacional y las obras que nos ha legado son emblemáticas de la cultura musical de Bulgaria. Stainov ha quedado en la historia como el autor de la primera obra en que el folclore tracio es abordado con los medios de la composición sinfónica. En una entrevista que guarda el Archivo Sonoro de Radio Nacional de Bulgaria, el compositor explica que los derroteros de su inspiración están en su terruño.
“Miinfanciatranscurrió en laciudaddeKazanlak. Allí conocí la naturaleza búlgara, comencé a amar la belleza de mi patria y, posteriormente, cuando comenzó mi vida consciente, pude entender al pueblo búlgaro a través de su trabajo y sustento, y, ante todo, a través de su creación artística. Para el búlgaro el día de faenas siempre terminaba con una canción. Las escuchaba y no llegaba a saciarme. Lo escuchado en aquella época quedó grabado en mi memoria para siempre. Consideré que las impresiones que había acumulado debían cobrar expresión en una composición. Había presenciado los bailes de las mujeres que hacían la siega y así se gestó mi idea de que mi primera obra representara la vida aldeana durante mis años de infancia”.
Petko Stainov llevó consigo esta idea a Alemania adonde marchó a estudiar. La idea maduró en su mente entrelazándose con la añoranza y la nostalgia por la patria. La suite sinfónica “Danzas tracias” fue terminada en 1928. Con el tiempo se convirtió en parte inseparable del programa de toda orquesta sinfónica del país y el autor recuerda que se cruzaba con transeúntes que tarareaban fragmentos de ella.
Las obras más valiosas de Petko Stainov son del género sinfónico y coral. De 1930 a 1939 se dedicó a la creación de un estilo musical búlgaro, un objetivo que se planteaban los creadores de aquel momento. Entonces compuso sus obras sinfónicas más famosas como la suite “Cuento de hadas” y sus primeras baladas para coro.
Hoy la casa natal del compositor en la ciudad de Kazanlak ha sido convertida en un centro cultural. Se denomina Casa Petko Stainov fue creado por iniciativa de la homónima fundación. Ofrece a los visitantes una muestra museística y un salón musical еn el que está el piano del compositor. El recinto se utiliza para clases de música, conciertos, lecturas y otros acontecimientos culturales.
Versión en español por Hristina Taseva