La capital búlgara, Sofía, tiene una larga historia, y conserva en su memoria un sinfín de crónicas sobre todos los sucesos y acontecimientos que tuvieron lugar en ella a lo largo de sus más de 8000 años de existencia. La urbe, construida sobre capas de historia milenaria, porta el espíritu del antiguo centro cultural de Ulpia Sérdica, llamado así por el nombre del emperador Marco Ulpio Trajano a quien debía su gobierno autónomo. Hoy en día, una serie de artefactos como la Rotonda de San Jorge, la Puerta Occidental y la avenida principal de la antigua urbe, así como otras valiosas muestras que permanecen enterradas bajo los edificios del Poder construidos durante la época del socialismo, son sendos recuerdos de aquellos tiempos.
También aporta recuerdos sobre la antigua grandeza de la ciudad la videoserie “5 minutos Sofía”, un ambicioso proyecto del actor Kamen Vodenicharov. Él explica qué fue lo que le motivó a emprender ese viaje atrás en el tiempo, siguiendo el espinoso camino del pasado.
La idea de “5 minutos Sofía” surgió como resultado de la imposibilidad de realizar un proyecto documental que cubre todos los períodos del pasado de Sofía. Al “despedazar” la gran historia en muchos trozos pequeños, cobró cuerpo la idea de “5 minutos Sofía”. Basándonos en el guión original del documental de largometraje, ahora tenemos las diferentes épocas en las que evolucionaron la ciudad y los monumentos.
Con respecto a la preparación y el rodaje de los cortos individuales, el actor comenta que él y su equipo trabajan en cooperación con el Museo de Historia de Sofía y la Filmoteca Nacional de Bulgaria. El rico archivo cinematográfico les permite elegir materiales relacionados con los temas que les interesan, y con su ayuda dar crédito a sus relatos.
Desde el comienzo de la realización de la serie en 2012 hasta la fecha, se han grabado 52 episodios. De éstos, empero, es muy difícil destacar alguno que sobresalga por encima de los demás. Cada uno es una pieza del rompecabezas que el espectador debe ordenar por sí solo. Es la única manera de hacer una lectura objetiva de la historia, algo que políticos y figuras públicas llevan reclamando casi 30 años. De todas formas, merece hacer referencia a dos episodios que marcaron el final de dos sistemas de gestión del país.
Uno relata la historia del bastón de mariscal de campo del zar Boris III, que marca el final del Tercer Reino Búlgaro, y el segundo es sobre la destrucción de los misiles SS–23 –una de las condiciones para el ingreso de Bulgaria a la OTAN.
El 3 de octubre de 1943 debía celebrarse el 25º aniversario del ascenso de Boris al trono. Con esta ocasión el generalato búlgaro eligió y encargó un regalo adecuado.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: kamenvo.com, bg.wikipedia.org