A principios de agosto se cumplieron 95 años de la construcción y del vuelo prueba del primer avión búlgaro “Exprés” de Asén Iordanov. El Museo de Aviación en el pueblo de Krúmovo, cerca de Plovdiv, guarda el recuerdo de aquel día. Este museo pertenece al Ministerio de Defensa y cuenta con unas 6800 muestras y 65 aparatos voladores: aviones, helicópteros, aviones sin motor, etc.
Junto con Veselina Chakárova, que lleva 15 años trabajando como experta en el Museo de Aviación, evocamos el lejano 10 de agosto de 1915. El aparato que se preparaba para su primer vuelo fue creado por el joven ingeniero Asén Iordanov de Sofía, con la ayuda financiera de su familia y hasta cierto punto también del Estado que proporcionó los medios para la compra del motor del avión.
“Los vuelos de prueba del avión fueron realizados por uno de los mejores pilotos de aquella época – el héroe de la Guerra Balcánica Radul Mílkov – relata Veselina Chakárova. – La comisión que supervisó el vuelo llegó a la conclusión de que el aparato “Exprés”, denominado más tarde “Iordanov I”, era apto para realizar vuelos y lo declaró el primer avión búlgaro. Asén Hrístov Iordanov, que entonces tenía 19 años, fue proclamado el primer constructor de aviones en Bulgaria.
Algunos años más tarde, en 1921, en los Estados Unidos se organizó un concurso de vuelta alrededor del mundo en avión. Al enterarse del concurso, Asén Iordanov, que a la edad de 16 años había terminado la Escuela de Pilotos de Blériot en Francia, decidió participar.
Lamentablemente el concurso no se realizó, pero el joven Asén se quedó en el país de las posibilidades ilimitadas y decidió intentar hacer realidad su sueño.
Empezó su carrera como aprendiz en diferentes empresas de aviación. Poco a poco logró hacerse constructor, luego piloto de pruebas en la empresa Kurtis- Rite hasta el momento en que creó su propia corporación de aviación: “Jordanoff Aviation Company” que colaboró muy bien con las fuerzas aéreas y navales de los Estados Unidos. Así él logró realizar su sueño de ser constructor de aviones. Lamentablemente, no en Bulgaria”.
Veselina Chakárova confiesa que sobre su escritorio, al lado de la foto de su hija, está la de Asén Iordanov, porque para ella él es una personificación del genio búlgaro.
La historia de la aviación en Bulgaria empezó prácticamente tres años antes. En 1912, 9 años después del primer vuelo de los hermanos Rite, Gueorgui Bozhínov creó un aparato que en aquel momento no pudo ser patentado en Bulgaria y él se marchó a Francia donde resultó posible recibir la patente. Incluso le ofrecieron que aquel avión fuera fabricado en serie allí, pero por motivos patrióticos Bozhínov rechazó la oferta y regresó a Bulgaria.
Lamentablemente todo eso sucedió en vísperas de la Primera Guerra Mundial y el gobierno búlgaro no tuvo posibilidades de ayudarle. Por esta razón su avión se convirtió en realidad apenas en 1925. El Museo de Aviación guarda este avión que nos revela en detalles cómo eran los aparatos voladores de aquel entonces. El paso siguiente fue la producción en serie.
“Apenas en 1926 en Kazanlak empezó a funcionar el Taller Estatal de Aviones donde fueron creadas muchas series de los aviones DAR – explica Veselina Chakárova. – Eran aviones que utilizaban las fuerzas aéreas búlgaras. Más tarde, a partir de 1930, en Kazanlak, en cooperación con la empresa italiana Caproni, empezó la construcción de otro aparato. En su producción tomaron parte muchos ingenieros búlgaros entre los que están Kíril Petkov y el impresionante Tsvetán Lázarov, que más tarde, en 1947, creó el primer avión propiamente búlgaro, Laz 7, construido en serie. Fue producido en dos series: la primera, de 160 aparatos y la segunda, de 150 para las fuerzas aéreas de Bulgaria.
Laz 7 es el último avión construido en serie en nuestro país. Su construcción terminó en 1954 y desde entonces el museo guarda sólo la memoria de la construcción de aviones en Bulgaria”.
El Museo de Aviación de Krúmovo posee algunos aviones únicos como el hidroplano “Arado 196 A3 Tiburón”. Fue fabricado en 1937 en Alemania y fue traído a Bulgaria en 1943. Está destinado para ataques contra submarinos y buques. Otro ejemplar único es un aparato para la nave astronáutica “Suyuz 33” con el que en 1979 fue realizado el vuelo del primer cosmonauta búlgaro, Gueorgui Ivanov. Otra pieza interesante es también el aparato búlgaro Laz 7, construido por el profesor Tsvetán Lázarov. En forma de maqueta puede verse también la máquina más moderna que utilizan las fuerzas aéreas búlgaras, el helicóptero “Kúgar 701”.
Veselina Chakárova confiesa que se siente feliz por estudiar el pasado y la historia de la construcción de aviones en Bulgaria, porque lamentablemente este sector no tiene presente ni futuro en este país.
“Este es un ramo que requiere muchas inversiones, que en el momento se desarrolla en países mucho más ricos que el nuestro – dice ella. Tal vez, si en 1954 la construcción de aviones por una u otra razón no hubiera sido suspendida, hoy tendríamos algunas tradiciones, pero en mi modesta opinión, en la actualidad no podemos hablar de construcción de aviones en Bulgaria.”
Versión en español de Tatyana Petrova
Fotos: Archivo
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