Mádara es una reserva histórico-arqueológica, en un extenso territorio en la parte noreste de Bulgaria, cerca de la ciudad de Shumen. Allí la bella naturaleza se combina de una manera irrepetible con monumentos históricos de distintas épocas. El más notable de ellos es el Jinete de Mádara, un bajorrelieve, esculpido en las rocas a 23 metros de altura, e incluido en 1979 en la lista de la UNESCO del Patrimonio Cultural Universal. Después de una encuesta nacional de gran envergadura, en junio de 2008, el Jinete de Mádara fue elegido como símbolo de Bulgaria.
Muchos científicos han estudiado la historia y el origen de la imagen. Existen distintas teorías sobre quién es el jinete, retratado en el enorme bajorrelieve rupestre, en qué época fue hecho, etc. Parte de las respuestas nos las ofrece Borislav Dimitrov de la Reserva Nacional Histórico-Arqueológica de Mádara.
Es un monumento de la época del Primer Reino Búlgaro (681-1018). Una de las inscripciones, que ha sido descifrada por los historiadores, cuenta sobre las relaciones entre el soberano búlgaro Tervel y el imperador bizantino Justiniano en el año 705. En aquella época el imperador bizantino fue destronado y exiliado. Después de que logró escapar, él pidió ayuda al soberano búlgaro y Tervel condujo su ejército de 17 mil soldados hasta las puertas de Constantinopla para ayudar a Justiniano a recuperar el trono. El Khan búlgaro fue altamente honrado y le fue otorgado el título de César. Bizancio se obligó a pagar un impuesto a Bulgaria. Este es el primer reconocimiento para el Estado búlgaro, que había sido creado tan sólo 24 años antes, en el año 681.
El Jinete de Mádara y los santuarios en la reserva están envueltos en diferentes mitos y leyendas. Según algunos, ahí vivía un profeta de la Antigüedad cuyo nombre ya está olvidado. Antes, los tracios habían realizado en el lugar sus misteriosos ritos. En la época de la Edad Media, Mádara fue un importante centro de culto. Las primeras investigaciones ahí empezaron en el siglo XIX. Algunos de los científicos que trabajaron ahí fueron famosos investigadores como Geiza Feher, Karel Skorpil, Rafail Popov y otros. En la Gran Cueva fueron descubiertas estelas suntuarias de Bendis, la Diosa Madre; y un fragmento de un bloque de mármol con los signos del zodiaco. Hay también una tumba de roca de la época del Cristianismo Temprano, un complejo monástico rupestre. ¿Qué más cuentan los científicos?
Alrededor del jinete hay distintas inscripciones que datan de la primera mitad del siglo IX, sobre los soberanos que sucedieron a Tervel. Aparte de la imagen rupestre del jinete, en la reserva hay muchos otros sitios de interés. Por ejemplo, la Gran Cueva fue un santuario tracio, un Ninfeo, dedicado a tres diosas: de la fertilidad, de los bosques y de las aguas. Los hallazgos en la Cueva Pequeña están relacionados con la vida del hombre primitivo. Toda la zona fue poblada desde la más remota antigüedad, hace 6 o 7 mil años antes de Cristo. La fortaleza que se encuentra en la zona de la reserva funcionó hasta los siglos 4-5. Han sido descubiertos un templo protobúlgaro y una residencia de kanes en la cual los soberanos búlgaros descansaban. En excavaciones hechas en la reserva fueron descubiertas muchas estelas de mármol con imágenes del llamado Jinete Tracio o Heros, hombre que con su lanza atraviesa un animal. Ya que el Jinete de Mádara representa precisamente una imagen de este tipo, algunos científicos asumen que es un monumento tracio. Sin embargo, ha sido probado que las inscripciones fueron cinceladas paralelamente con el bajorrelieve, así que la determinación de su edad es exacta. La capilla rupestre de “San Pantaleimón”, que está junto a la Gran Cueva, funcionó durante el Segundo Reino Búlgaro. También hoy en ella se ofician ritos religiosos. Fue restaurada en 1993. De la roca a su lado emana agua que, según dicen, tiene fuerza curativa.
El interés hacia el Jinete de Mádara y el resto de los sitios de interés en la reserva atrae a miles de turistas. En proximidad inmediata está situado el refugio de montaña “El Jinete de Mádara” que en la actualidad es gestionado por la Asociación “Alternativas”.
Dimo Dimov, encargado del refugio, nos cuenta: Los visitantes que vienen aquí desde principios del año en curso son predominantemente búlgaros. Pero cada verano llagan también muchos extranjeros. En 2011 recibimos grandes grupos de Polonia, Alemania y Rusia. Este año se cumplen 50 años desde la construcción del refugio. Las celebraciones que organizamos con este motivo continuarán durante todo el verano, y culminarán en septiembre. Es interesante el hecho de que el refugio fue edificado por voluntarios. Nuestra asociación también lo gestiona con trabajo voluntario. Organizamos paseos por rutas muy bellas, hay trayectos de diferente grado de dificultad y duración. Pueden participar todos los grupos de edad: el turista más joven que ha venido aquí tenía 5 años y el mayor, 84. Además del Jinete de Mádara, los turistas visitan otros 12 sitios de interés.
Entre ellos están las antiguas capitales de Bulgaria, Pliska y Preslav, así como la ciudad de Shumen, un centro universitario, cultural y administrativo en la parte noreste del país, con una historia muy rica.
Versión en español por Ruslana Váltcheva
Fotos: Lubomir Lazarov
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