La Santísima Virgen en la iconografía búlgara

El 8 de septiembre la iglesia ortodoxa búlgara celebra la Natividad de la Virgen, una de las festividades más importantes en este país. A continuación hablaremos de la forma en que la santísima Virgen se encuentra representada a través de los siglos en la iconografía nacional. En la cripta de la catedral San Alejandro Nievski se pueden apreciar dos iconos dedicados a Natividad de la Virgen. Uno de ellos, es muy famoso, pues, esta presente en cualquier templo. Por lo general la Virgen se encuentra representada como un pequeño bebé con una aureola, en una cuna o pequeña cama colocada delante de una festiva mesa con comensales. En la mesa se encuentran también los padres de la Virgen: santa Ana y san Joaquín de Nazaret. El otro icono es una excepción:

La Natividad de la santísima Virgan, dos iconos de Veliko Tarnovo, siglo XIX

Aquí falta la cuna delante de la mesa y la pequeña Virgen está pintada en un icono que santa Ana sujeta en sus manos para mostrarlo a los invitados, señala Vladislava Kasmakova, guía turística en la cripta. Además, la cabeza de la Virgen ya desde su nacimiento se encuentra rodeada de una aureola roja. El color rojo reviste una importancia especial en la iconografía ortodoxa por poseer una fuerte función protectora. Sustituye al color verde que hasta el siglo X simbolizó el triunfo de la vida sobre la muerte. Y muestra la encumbrada situación que en el cielo tiene el personaje dibujado. El pintor nos quiere sugerir que la propia Virgen ha sido elegida ya desde su nacimiento para cumplir un cometido especial. Deberá dar a luz al Redentor, que por su parte, salvará nuestras almas sacrificándose. Por esto en todos los iconos la Santísima Virgen tiene rostro muy grave y concentrado. Aunque bendita, su destino no es nada fácil, en esto reside una de las diferencias entre el arte ortodoxo y católico en el arte católico la Virgen aparece luciendo una vestimenta de color “azul regio” que a diferencia de la ortodoxia es símbolo de una estatus encumbrado. Y está jugando con el pequeño Jesucristo aún bebé. Mientras en el arte ortodoxo la Virgen aparece siempre con rostro saturado de tristeza.

La Virgen Orante, fragmento del icono Congregación de los Arcángeles, posterior al año 1344, en el Monasterio de Bachkovo

Se cree que el primer icono de la Virgen lo pintó el apóstol Lucas. Posteriormente al decursar los siglos se fueron aplicando reglas para la iconografía. La madre de Dios aparece siempre vestida en dos colores, el rojo que llega al marrón oscuro y el azul. El color rojo evoca la relación de la Virgen con las mujeres comunes y corrientes y es el color de la feminidad y la maternidad. El color azul es símbolo de la tristeza y el luto. Es únicamente la Virgen María la que de todas las santas, tiene derecho a calzar zapatos rojos aun cuando esté al lado del Crucifijo por su situación especial en el cielo.

Vladislava Kasmakova presenta algunos de los canones más difundidos a la hora de pintar a la Santísima Virgen. La imagen más antigua de la madre de dios es la de la Orante. Solo en este canon la Virgen aparece como bendiciente y siempre se le pinta en la parte oriental de las iglesias. La forma de dibujo más frecuente es la de la Odighitria, palabra que significa quien enseña el camino.

La Virgen Odightria, finales del siglo XV, comienzos del XVI, iglesia de la Santísima Virgen en Sozopol y la Virgen Odighitria, del 1775, en e Monasterio de Rila

Es que la Virgen nos señala con su diestra el camino para las salvación de nuestras almas. Señala a su hijo Jesucristo sentado en su regazo a quien bendice. Cristo está recreado como un niño pero carece de una expresión infantil. En la ortodoxia se considera que Él no tiene edad y es símbolo de la sabiduría. Es eterno pese a que temporalmente ha adquirido la apariencia de un ser humano. El Dios Padre nos lo ofrece para que lo podamos entender en nuestras dimensiones humanas. En la frente y en los dos hombros en los dos hombros de la santísima Virgen hay tres estrellas que forman un triángulo que simboliza su castidad, inocencia y maternidad. Es que la Virgen ha demostrado no ser pecadora tras haber sido madre y además, ha sido elegida especialmente para entre las mujeres recibir una bendición y dar a luz a nuestro redentor. Lo característico de los iconos de la Virgen acompañada por el pequeño Jesús es que es éste quien siempre bendice y ella, aparentemente, se sitúa en un segundo plano.

Uno de los iconos más venerados por las mujeres ansiosas de concebir es el llamado Eleusa que significa el que ofrece ternura y cariño. Es el icono en que Jesucristo ha abrazado a su mamá, los dos han juntado sus mejillas. El icono simboliza el amor materno es el único momento en que a la Virgen se le permite aparecer risueña. Este icono se volvió en los Balcanes y sobre todo en Rusia. Se puede decir que es el icono más femenino muy frecuentemente se le estima milagrero y está siendo venerado en todos los monasterios más importantes. De este tipo de icono y por concurso de las circunstancias aparece un icono muy venerado, el de la Virgen de las Tres Manos. De la mano derecha de la Virgen sale una tercera y esto significa que cuando uno quiere a alguien dos manos no bastan para que lo abrace.

Uno de los iconos más famosos de la Virgen de las Tres Manos se encuentra en el Monasterio de Troyan. Hay también otros casos en que se duplica un elemento o detalle del icono y esto lo transforma en dos veces más venerado porque se cree que la oración delante ese icono resultará dos veces más exitosa.

La Virgen María Rosa Inmarchitable, año 1703, Zograf Dimitar, Tracia
Como ejemplo de duplicación de un detalle aparece el icono titulado la Virgen una Flor Inmarchitable, señala Vladislava Kasmakova. Hasta el siglo X todos los santos estaban sustituidos por símbolos. La flor es un caso exacto de adaptación de un símbolo procedente de religiones más antiguas. Se trata de una rosa que fue la flor de la diosa helena Afrodita. Tras hacerse público un decreto en el año 843 todo santo tenía que ser recreado como un ser humano porque el símbolo apoyaba el paganismo. El icono La Virgen una Flor Inmarchitable que se encuentra en la cripta fue pintado en 1703. La Santísima Virgen sostiene a Jesucristo a sus rodillas pero tiene una apariencia nueva: tiene continente regio, está tocada con una corona y sujeta una rosa. La corona en la cabeza de la Virgen pone de manifiesto que esos iconos fueron surgiendo bajo la influencia del Barroco y de los lienzos católicos. Ya los creyentes no la llaman señora de la vida, sino Reina de los Cielos. Este icono es igualmente milagroso. Cuando un detalle es repetido, este caso concreto, la rosa y la efigie de la Virgen, esto transforma automáticamente el icono en milagroso.

Otro icono es el de la Virgen en el Trono, dice Vladislava Kasmakova y agrega:

Es fácil de reconocer, está sentada en un trono y en su regazo está Jesucristo quien bendice. Este tipo del icono de la Virgen María siempre presenta un marco y a sus ambos lados aparecen los doce profetas. Lo curioso en este icono es que cada uno de éstos sujeta un manuscrito en que se ha plasmado su visión de la Virgen. A uno de ellos se le aparece como un monte como una escalera que sube al cielo, a otro tercero, como sitial, a otro más como una firme roca, otro se imagina la Virgen como un cofre con piedras preciosas y otro como un candelabro. Tenemos un icono de Triavna del año 1703, que es muy interesante por la repetición de los símbolos.

Versión al español de Mijail Mijailov

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