Sofía, antigua y joven

El 17 de septiembre la capital de Bulgaria celebra su fiesta patronal, dedicada a la Santa Mártir Sofía y a sus hijas Fe, Esperanza y Caridad. Este día también celebra su festividad eclesiástica el templo “Santa Sofía, sabiduría divina”. Por tradición cada año delante de este templo se oficia una solemne misa y se produce una ceremonia oficial en que es izada la enseña de la urbe. Con motivo de la fiesta, el Ayuntamiento de Sofía hace entrega de su distinción “Ciudadano de honor de Sofía” a personas que por su desempeño hayan contribuido a la prosperidad y al bienestar de la capital, a la consolidación de los valores europeos y la popularización de la historia de la villa.

Según los historiadores, la villa fue fundada hace más de 2700 años por una tribu tracia que se asentó en proximidad a las fuentes de agua termal que todavía hoy en día brotan en la zona céntrica de Sofía. Sofía fue elegida capital de Bulgaria en 1879. En aquella época se desarrollaban animados debates sobre la ciudad búlgara que debería ser proclamada capital del joven Estado búlgaro. La Asamblea Nacional Constituyente, que sesionaba en Tárnovo fijó a Sofía como centro administrativo, político y público principal de Bulgaria.

Panorama de Sofía de principios del s.XX

Actualmente, Sofía es una urbe europea moderna en que conviven el pasado y el presente. En ella se encuentran concentrados todos los órganos del poder estatal: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Como capital del país Sofía se ha transformado también en el mayor centro económico del país. La mitad del PIB está siendo generada en Sofía y los salarios cobrados aquí son los más altos a nivel nacional.
En Sofía se encuentran concentrados los órganos e instituciones económicos más importantes cuyo cometido apunta a llevar a la práctica las reformas desplegadas en Bulgaria después de 1989. Se trata de la Agencia para la privatización, la Agencia para la privatización Masiva, la Agencia para la Inversión Extranjera, etc. Tienen sus sedes en Sofía también los mayores bancos y compañías de seguros nacionales y sucursales de tales entidades extranjeras, las sedes de instituciones financieras como la Bolsa de Comercio y la Bolsa de Valores como también las sedes de gran número de ONGS y fundaciones. Funcionan en Sofía también las instituciones supremas de todas las comunidades religiosas existentes en Bulgaria: la cristiana, la musulmana, la judía como también las sedes de los partidos políticos y los principales sindicatos en el país.
Tras la firma del Tratado de Adhesión de Bulgaria a la Unión Europea desarrollan su actividad en Sofía el Consejo de Asociación a la Unión Europea y la delegación de la Comisión Europea en Bulgaria. Hay en Sofía más de 28 universidades y escuelas superiores.

“Crece pero no envejece” es el lema de Sofía, ciudad en la cual hace unos 130 años residían 11 mil personas y ahora sus habitantes suman 1 millón 700 mil. Con el fin de satisfacer las necesidades de tantos habitantes la capital se amplía territorialmente, se construyen nuevos y modernos edificios residenciales, centros comerciales y empresariales. Fue una adquisición largamente esperada por los vecinos de esta capital el metro que al ampliar su diámetro va camino de convertirse en medio de transporte preferido por muchos. A través de los años Sofía ha logrado conservar sus símbolos eternos entre los cuales figuran la catedral “San Alejandro Nevski”, la iglesia de Santa Sofía, que ha hado nombre a la villa y detrás de la cual está la tumba del patriarca de las letras nacionales Iván Vazov. También son emblemáticos para la capital el Teatro Nacional “Iván Vazov”, el edificio del Parlamento Nacional enfrente del cual se encuentra el monumento al zar libertador de Bulgaria, el zar ruso Alejandro II. Se encuentran en proximidad la sede de la Academia de Ciencias de Bulgaria, la Universidad “San Clemente de Ohrid”, que es la primera universidad búlgara, construida en 1925 con dinero donado por los hermanos Evlogui y Hristo Georgiev cuyas estatuas se encuentran a ambos lados de la escalinata de este centro universitario más veterano en Bulgaria. En proximidad inmediata a la universidad se encuentra la Biblioteca Nacional delante de la cual se yergue el monumento a los Hermanos Cirilo y Metodio, creadores del alfabeto eslavo.
En el propio centro de Sofía en el patio de la Presidencia de la Nación y detrás del hotel “Sheraton” se puede ver la famosa rotonda romana antigua transformada en la iglesia de San Jorge en el siglo IV. Tras su reciente restauración el templo deja pasmado al visitante por su arquitectura tan sencilla como perfecta, por los restos de estupendos frescos, etc. El emporio cubierto de comienzos del siglo XX resulta muy atractivo y pintoresco. En vecindad inmediata a esta mercado techado se encuentran la mezquita, la sinagoga y la catedral católica.

La catedral “San Alejandro Nevski”

En Sofía también hay zonas para la recreación y el ocio y una de ellas es el Parque Municipal que lleva el nombre del zar Boris III, último zar de Bulgaria. El parque fue creado en 1884 por el jardinero suizo Daniel Nef. Aporta un peculiar encanto a este extenso parque el llamado “Rincón japonés”, creado en 1940, en el que se pueden apreciar plantas enviadas del lejano Japón y que traducen la amistad entre los pueblos nipón y búlgaro. Actualmente, este parque municipal es una de las zonas preferidas por los habitantes de Sofía en sus momentos de ocio y recreación. En la zona de este parque hay creadas instalaciones deportivas como canchas de tenis, trayectos para carreras de ciclismo, una base hípica, dos estadios: el “Vasil Levski” y el Estadio del Ejército. En las afueras de Sofía resultan interesantes para ser visitados varios monasterios y la iglesia de Boyana, como también, lógicamente, el Parque Natural Vitosha, el Zoo y el Lago de Pancharevo.

Versión en español por Mijaíl Mijailov

Compartir

Sofía, antigua y joven

Más de la sección

¡Es el Día de los Difuntos!

Calidoscopio balcánico

La mayoría de la gente joven en Bulgaria ya NO ve su desarrollo en el extranjero, sino en su propio país

El pueblo de Gomotartsi guarda la memoria y las tradiciones vinícolas, aunque no le falten los problemas

"La conversación sobre el pasado comunista es cada vez más necesaria para proteger a nuestros hijos"

Los incendios de verano: catástrofe, negligencia o delito