Hemos de reconocer que en esta temporada de otoño-invierno los búlgaros hemos tenido suerte en lo que al clima se refiere. Mientras los territorios septentrionales del Viejo Continente eran inundados por lluvias torrenciales o paralizados por fuertes nevadas, en Bulgaria disfrutamos de un suave otoño sin precipitaciones y en estos momentos estamos viviendo unas temperaturas suaves sin nieve que en nada se parecen a un auténtico invierno sino más bien semejan una primavera.

Siendo así, ya desde comienzos de febrero empezaron a aparecer en estas latitudes geográficas las aves migratorias que normalmente suelen llegar en marzo. La naturaleza ha ofrecido un sorbo de aire a los búlgaros, para los que las temporadas de otoño e invierno son las más difíciles puesto que el presupuesto familiar es más presionado que nunca por las facturas de la calefacción.

Sabido es que por el nivel de ingresos los búlgaros estamos en el último puesto de la UE. El invierno suave que hemos tenido ha aflojado un poco el nudo en la garganta provocado por los gastos de calefacción.  Aun así, las  estadísticas del último trimestre del año pasado hacen ver que los gastos de los hogares búlgaros van creciendo más lento que los ingresos: entre septiembre y diciembre de 2013 los ingresos aumentaron en 6% y los gastos, en 7%.

Poco más del 60% de los ingresos va para la comida y el mantenimiento de la vivienda. En los tres últimos meses de 2013, sin embargo, los gastos para la comida de un núcleo familiar aumentaron en 10% debido al encarecimiento de varios productos.

Así y todo, se ha visto un poco de luz en el túnel: en  ese mismo período hemos pagado menos dinero por el agua, la luz y la calefacción gracias al ligero abaratamiento de estos servicios públicos. No obstante, siguen aumentando los gastos para tabaco y bebidas alcohólicas, ropa y calzado, sanidad, transporte y comunicaciones.

He aquí lo anteriormente dicho expresado en números y cifras.

En los tres últimos meses de 2013 el ingreso promedio per cápita en los núcleos familiares ha sido de 630 euros, es decir 210 euros por mes por persona. A título de comparación señalaremos que el sueldo mínimo  en 2013 fue de 155 euros, y desde comienzos del 2014 ha aumentado a 170 euros.

Cabe aclarar que unos 600 mil búlgaros perciben mensualmente una cuantía igual o ligeramente superior al sueldo mínimo. Tanto en 2013 como también en el corriente las principales fuentes de ingresos de nuestros connacionales han sido el salario (o retribución del trabajo) y la pensión. Las demás fuentes de ingresos tienen una incidencia menor en las rentas familiares.

Los ingresos bajos, que generan pobreza o situaciones muy próximas a ésta para muchos hogares, hacen de los búlgaros  emigrantes en potencia. Desde el inicio de la transición a comienzos de los 90 del siglo pasado hasta la fecha más de 2 millones de búlgaros han emigrado en busca de un mejor nivel de vida. No obstante que el Presupuesto Público 2014 contempla loables medidas para reducir la pobreza, su materialización significaría un mínimo paso de avance en este sentido. El ligero aumento del sueldo mínimo, la pequeña subida de las pensiones a partir de julio de este año, las ayudas previstas para las capas sociales más pobres, las asignaciones a las madres de hijos menores de 2 años de edad, etc., son, como hemos dicho, medidas que merecen elogio pero que no cambian la situación de fondo.

Si el desempleo no disminuye sino aumenta, la solución se suele buscar por otras vías y cada cual opta por la suya en concreto. Para los más jóvenes esta vía suele ser la emigración. Y, para quienes no opten por emigrar, esperamos que también el otoño e invierno  de 2014 y 2015 sean más clementes.

Versión en español por Raina Petkova