Desde hace varios años, Iván Hristov, vice director del Museo Nacional de Historia, estudia con su equipo una residencia de soberanos tracios en la cumbre Cozi Gramadi, en el monte Sredna Gora. En el otoño de 2013, los arqueólogos descubrieron un gran número de artefactos en un santuario de Zeus y Hera en ese lugar que es el cuarto conocido en las tierras búlgaras. En una verdadera competición con el mal tiempo y los cazadores de tesoros, los arqueólogos realizaron sus excavaciones gracias a las que al Museo fueron trasladadas más de 100 placas votivas de piedra que eran ofrecidas como regalo a los dioses. Las mejor conservadas ya están exhibidas en una exposición permanente en la sala Antigüedad del Mueso Nacional de Historia. En ese lugar sacro en la cumbre, de 1361 metros de altitud, han sido encontrados muchos otros artefactos, entre los que hay más de 300 monedas del período entre el s. IV a. C. hasta el s. V d. C., así como recipientes de cerámica y lámparas.

“Se trata de un lugar de culto de la Época romana cuya historia se remonta al primer siglo antes de Cristo”, explica Iván Hristov. “Es uno de los santuarios de Zeus y Hera más abundantes de objetos votivos descubiertos hasta ahora. En Bulgaria hay muchos otros santuarios pero, afortunadamente, el lugar fue estudiado completamente, gracias a los recursos suministrados por el Ministerio de Cultura, y nosotros pudimos finalizar nuestro trabajo justo antes de las primeras nevadas. En Cozi Gramadi se halla un santuario único situado en más de 1 hectárea que rodeado por una muralla. Imagínense un monasterio de la Antigüedad que funcionaba desde el s. VIII a.C. hasta la época del cristianismo temprano y una cumbre con mucha historia y religión, relacionada con una residencia de gobernantes odrisios. Este lugar fue muy importante en la vida del pueblo tracio de los odrisios. Diría que la propia cumbre fue un centro sacro para ese pueblo. Mis colegas especialistas en estudios tracios y yo analizaremos este hallazgo histórico y me alegro mucho de que tendré la oportunidad de publicar los resultados en un libro”.

A una pregunta de Radio Bulgaria, Iván Hristov respondió que por ser difícil de acceder, el lugar de culto está relativamente bien conservado de los ataques de cazadores de tesoros.

“Gracias a Dios, después de 2005 logramos llamar la atención de los órganos del Ministerio del Interior para vigilar ese lugar y protegerlo de los buscadores de tesoros. No es que no haya habido incursiones, pero hemos tenido una suerte excepcional. En los senderos por los que pasamos en los años antes de 2013 encontrábamos placas votivas enteras o fragmentadas y muchas monedas. El hecho de que hayan llegado al museo significa que pudimos protegerlas de los cazadores de tesoros”.

En cuanto a las monedas descubiertas en la cumbre de Sredna Gora, éstas serán limpiadas y restauradas para exponerlas en un escaparate especial. Según Iván Hristov, las imágenes de las placas pétreas presentan una gran variedad de temas. “Podemos ver un cuento mitológico muy complejo ya que junto a dos motivos típicamente griegos, como lo son Zeus y Hera, descubrimos elementos de influencia tracia. Hay también placas con inscripciones, aunque no muy bien conservadas, con dedicaciones a Zeus y Hera. Algunas inscripciones indican que fueron un regalo de tracios o representantes de la etnia griega. O sea, una población mixta que recorría el largo camino de la llanura a la montaña para rendir homenaje a los dioses”.

Otro momento curioso es que durante el descubrimiento de las primeras placas votivas los arqueólogos vieron a tres aves: una pareja de águilas con su cría, que sobrevolaban el cielo mientras los seguidores de Indiana Jhones trabajaban. “Es sabido que el águila es el símbolo de Zeus. Quizás eso significaba que teníamos la bendición de los dioses para acabar nuestro trabajo antes de que las nevadas nos sorprendieran”, resume el arqueólogo.