Desde que ha empezado la crisis en Ucrania, Sofía periódicamente expresa sus preocupaciones de graves consecuencias para Bulgaria. Esta semana fueron anunciados hechos que confirman que los temores estaban justificados. El ministro de Asuntos Exteriores, Kristian Vigenin, ha comentado que las exportaciones de Bulgaria a Ucrania se han reducido en un 50 a 70 %, y este hecho ha llevado a la reducción del total de las exportaciones de Bulgaria en el 7%. Los acontecimientos confirmaron también la legitimidad de los recelos de un eventual corte de los suministros de gas natural ruso a través de Ucrania, de los que Bulgaria depende casi por completo. La Comisión Europea ha intentado resolver el problema con el tránsito de gas ruso a través de Ucrania, proponiendo a que los mayores consumidores europeos compren por sí mismos e inyecten gas en los depósitos subterráneos ucranianos. De esta manera Europa se aseguraría ininterrumpidos suministros de gas durante el invierno que viene. Hasta el momento Ucrania realizaba esta actividad, pero en la actualidad ella se niega a pagar incluso su propio consumo de gas, por falta de recursos. Varias compañías han solicitado a la CE garantías políticas de que el gas inyectado en los depósitos ucranianos no desaparecería y que sus derechos de propiedad no serían infringidos. Sin embargo, la Comisión no ha podido ofrecer tales garantías. El ministro Vigenin ha advertido a las autoridades ucranianas que el tránsito de gas no puede ser objeto de las relaciones bilaterales entre Rusia y Ucrania y que ambos países deben cumplir con sus compromisos. El ministro ha expresado también la preocupación que los riesgos ante Bulgaria en torno a la situación en Ucrania podrían verse profundizados con el tiempo. Todo señala que este temor también es justificado, porque el fin de la crisis ucraniana todavía no se acerca, e incluso puede alejarse. De momento no se confirman sólo las preocupaciones de que podría haber consecuencias negativas para el sector turístico, pero ante un empeoramiento de la situación éstas también podrían verse justificadas. El año pasado Bulgaria fue visitada por 100 000 turistas de Bielorrusia, este año se espera que su número sea mayor, pero su camino más directo a Bulgaria pasa por Ucrania. Debido a los acontecimientos ahí ha sido necesario que Sofía busque trayectos circundantes que atraviesan a tres países de la zona Schengen. De momento Bulgaria ha conseguido la concesión de visados de tránsito para los ciudadanos bielorrusos que pasan por Eslovaquia, pero su camino a Bulgaria ya no será el más directo. La situación con los turistas se aclarará dentro de dos meses.
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