La finca rural Yásna Poliana de León Tolstói, donde el genial escritor escribió sus famosas novelas Guerra y paz y Anna Karénina, es mundialmente famosa y es visitada por miles de turistas. Sin embargo, poca gente sabe que Bulgaria también tiene su Yásnaia Poliana. El nombre de la aldea búlgara es Yasna Poliana y está relacionado con los seguidores del Movimiento Tolstoiano en este país y con una colección museística dedicada a la comuna que fundaron.
En 1906, a una aldea de la montaña Strandzha, Alan Kairiak, que más tarde pasó a llamarse Yasna Poliana, vinieron unos hombres vestidos de elegantes trajes oscuros que insistieron en hablar urgentemente con el alcalde. Pidieron quedarse en la aldea y llevar una vida según los principios del Movimiento Tolstoiano, relacionados con las ideas del amor universal, la igualdad, la vida en libertad, la no violencia, entre otras, consideradas heréticas en aquella época.
El anhelo de los señores de abandonar las tentaciones de la civilización en aras de las pequeñas alegrías de la vida y la comunicación directa con el Señor tiene su explicación. A principios del siglo XX, Tolstói era uno de los escritores más queridos en Bulgaria y su doctrina, por la cual el escritor fue excomulgado de la Iglesia Ortodoxa, se divulgaba rápidamente entre los intelectuales búlgaros. Se afirma que Bulgaria tenía el mayor número de seguidores suyos después de Rusia. Los tolstoianos, sin embargo, eran mal vistos, lo que no impidió que el alcalde de aquella aldea anodina hiciera caso omiso de la opinión pública y diera hospedaje a los seis intelectuales jóvenes, ofreciéndoles una casa y tierra para labrar. Fue el inicio de la comuna tolstoiana en la aldea de Yasna Poliana, activa no más de dos años, pero que dejó una huella indeleble tras sí.
Los miembros de aquella comunidad masculina eran personas muy educadas, procedentes de todos los rincones de Bulgaria. Su líder, Jristo Dosev, de Stara Zagora, se había graduado en Medicina en Lausana, Suiza, y al igual que sus compañeros, se había dedicado por completo a la obra y la filosofía de Tolstói. Los señores finos vivían humildemente, labraban la tierra que les habían dado, una que otra vez, organizaban lecturas literarias para educar a la gente local analfabeta. Su ocupación principal estaba vinculada con la divulgación de la obra de León Tolstói. De esa manera, en el primer día de 1907, salió la revista Vazrazhdane (Resurrección).
“Al cabo de esos dos años, crearon su propia imprenta primitiva - dice Denka Tódorova, secretaria de la Casa de Cultura de Yasna Poliana. “En ella, los tolstoianos publicaron el primer número de la revista Renacimiento, que enviaron a Tolstói. El escritor quedó muy impresionado de que en Bulgaria, sus ideas sobre la no violencia y la paz fueran aceptadas de buena voluntad y no como en su tierra natal, donde eran sometidas a severa crítica y los editores se negaban a publicar sus artículos. El escritor ruso envió de inmediato a sus seguidores búlgaros once artículos inéditos que vieron la luz por primera vez gracias a la imprenta de Yasna Poliana. Uno de esos artículos era su emblemático ensayo contra la pena de muerte, Ya no puedo permanecer callado”.
Yasna Poliana de Rusia y de Bulgaria mantenían contacto entre sí. Cada número de la revista Resurrección era enviado a Tolstói que elogió la revista: “Esta es la única revista en el mundo que predica nuestras ideas de forma audaz”. Jristo Dosev visitó varias veces la finca del escritor ruso con quien se hizo amigo. Mientras tanto, el público búlgaro se ensañaba cada vez más con los seguidores de Tolstói. Se les atribuían toda clase de pecados, incluso se les acusaba de predicar el bogomilismo, una herejía similar a la de los cataros o albigenses en Francia, que conduciría inevitablemente a la “caída del reino búlgaro”. Así que en octubre de 1908, los miembros de la comuna se vieron obligados a abandonar la aldea. Sin embargo, continuaron predicando la doctrina de su líder espiritual en el extranjero.
Jristo Dosev se marchó a Rusia, donde se casó con la hija de un amigo íntimo de Tolstói y fundó una nueva comuna tolstoiana en un pueblo ruso. El nombre de los tolstoianos búlgaros se asocia al misterio en torno a la muerte del gran escritor ruso. En 1910, León Tolstói, ya viejo, por fin decidió deshacerse de las cadenas de los convencionalismos familiares y sociales. Una noche fría de octubre, dejó su finca en sigilo y emprendió un largo viaje.
Sus biógrafos dicen que intentó subir a un barco en Odesa y viajar a Bulgaria, donde le esperaban sus seguidores. No obstante, cayó enfermo y en la mañana del 7 de noviembre de 1910, el escritor falleció.
A los tolstoianos de la colonia de Yasna Poliana está dedicada una colección museística en la Casa de Cultura del pueblo que contiene la colección más rica de literatura tolstoiana, fotografías y escenas tridimensionales que reproducen acontecimientos de la vida del escritor y su familia. Entre las muestras expuestas está la pluma hecha de madera de los manzanos del huerto de Tolstói. En Yasna Poliana hasta hoy en día, la gente habla con reverencia y admiración sobre los jóvenes tolstoianos que transformaron la vida de la aldea.
Versión en español por Ekaterina Bobeva
Fotos: Veneta Nikolova
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