Ciento veinte párvulos traspasan el 15 de septiembre, por vez primera, el umbral de la Escuela Media número II Catedrático Nikola Marinov, en la ciudad nororiental búlgara de Targoviste. Se trata del mayor plantel de la región y del único en que se enfatiza en las bellas artes y la música. El maestro Yordán Kamdzhalov, nombre relevante de la música contemporánea búlgara, ha sido uno de los educandos en esa escuela. La estudiante Cristiana Asenova ha triunfado en la primera temporada del reality show musical “Las grandes promesas”, emitido por una de las televisoras nacionales.
“Los logros extraordinarios de discípulos de nuestra escuela mueven a quienes vienen detrás de ellos a perseguir también el éxito”, señala Galia Panayotova, directora de esa escuela media. Sin embargo, el motivo principal que nos ha hecho referirnos precisamente a esta escuela, al comienzo del nuevo año escolar, es que la misma ya ha entrado en el futuro. En aulas modernas, dotadas de equipos y tecnologías muy avanzadas, los estudiantes se internarán en el vastísimo terreno del saber. Contarán, asimismo, con la oportunidad de sentirse como auténticos cosmopolitas al trasladarse a la ciudad eterna, Roma, a Madrid, Viena, Londres o París o visitar Nueva York o Los Ángeles. En estos periplos no recurrirán al avión ni a la máquina de teleportación, sino sólo deberán instalarse cómodamente en alguna de las salas especialmente habilitadas para este fin. El diseño del interior es fruto de la labor de un ex discípulo de esa escuela de Targoviste y el equipamiento se ha conseguido con el apoyo financiero de la Fundación “América para Bulgaria”.
La Escuela Media Catedrático Nikola Marinov es uno de la decena de planteles de Bulgaria que han resultado ganadores en el concurso “Escuela del futuro”, organizado por la citada ONG norteamericana. El objetivo ha sido mejorar el entorno escolar en los centros docentes municipales y públicas de Bulgaria al alentar el empleo de metodologías modernas de enseñanza y el uso de tecnologías modernas. Cada uno de los proyectos aprobados ha obtenido financiación del orden de 100 mil euros.
La directora de la escuela de Targoviste ofrece más detalles sobre lel concepto de ese centro docente para entrar en el futuro: “La idea ha obedecido a la necesidad de hacer nuestros laboratorios muy modernos y en conformidad con el porvenir. La enseñanza se ha de proyectar al porvenir porque los estudiantes actuales no se realizarán en el momento presente sino en el futuro. Además, nuestro proyecto también cuenta con su faceta temática y se relaciona con grandes aglomeraciones urbanas, con megalópolis mundiales. No obstante, empezamos por Bulgaria, por formar este país parte del mundo global y ser igual a cualquier otro país del mundo. Además, pretendemos fomentar en nuestros estudiantes la sensación de que no hay cosas imposibles para ellos y que pueden convertir en realidad todos sus sueños si los transforman en sus objetivos y se atienen a los pasos precisos que habrán de dar”.
La escuela media de Targoviste llama la atención no sólo por sus modernos laboratorios, sino también por los interesantes dibujos hechos en las paredes de los pasillos del plantel. Son obra de profesores y estudiantes en Bellas Artes. Galla Panayotova aporta más detalles: “En el primer piso en que están las aulas de nuestros estudiantes de más corta edad, los dibujos están dedicados a protagonistas de los cuentos de hadas. El mundo de los niños ha sido recreado de modo que los dibujos se ajusten a las inquietudes y necesidades de los pequeñines. En el segundo, los frescos evocan la fundación del Estado búlgaro en el año 681 y aparecen pintados jinetes del khan Asparuj. Los dibujos evocan toda la historia búlgara y esta narración pictórica concluye con la liberación de Bulgaria del dominio otomano en 1878. A ambos lados de la escalera que enlaza el segundo y el tercer pisos hay un fresco dedicado al acceso de Bulgaria a la UE en el que se aprecia la presencia de los santos hermanos Cirilo y metodio, copatronos de Europa. Con esto queremos mostrar que Bulgaria no es un país cualquiera entre los que integran la UE”.
Profesores y estudiantes han convenido en llamar el pasillo en el tercer piso “una máquina del tiempo”. Una parte de los dibujos ya están hechos, otros deberán quedar terminados en lo que queda de año. Están recreadas las efigies de músicos, pintores y escritores muy populares de países y continentes diferentes. “Al lado de la efigie de Hemingway se aprecia la del poeta búlgaro Peyo Yavorov”, señala la señora Panayotova. Propiciando en sus estudiantes ánimos cosmopolitas, el liceo de Targoviste abre ante ellos, de par en par, las puertas al mundo.
“La mayoría de nuestros alumnos suelen viajar al extranjero para continuar sus estudios”, dice la directora. “Algunos retornan a la patria, otros no. Gran número de nuestros músicos se quedan lógicamente en el extranjero pero vuelven a nuestra escuela cada 15 de septiembre, siempre y cuando tengan la posibilidad de hacerlo. Todos suelen decir que su permanencia en un país extranjero es provisional y esta afirmación infunde, por lo menos cierta esperanza de que, quizás, al concurrir circunstancias más favorables, esos talentosos jóvenes puedan volver a Bulgaria”.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Cortesía de la Escuela Media Catedrático Nikola Marinov
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