Son muchas las dificultades que afrontan las personas con problemas motrices y de la visión en Bulgaria. Aparte de los problemas físicos, existen obstáculos en el acceso a la información y los servicios administrativos. Incluso durante la jornada electoral, cuando todos los ciudadanos están llamados a salir y votar, las personas con discapacidades afrontan distintos problemas. Por esta razón, teniendo ya una experiencia acumulada, ellos prefieren quedarse en casa. Si las para personas con problemas motrices y en sillas para discapacitados hay una variante de acceder sin asistente a las urnas electorales, para las personas con problemas de la visión la votación sin asistente es impensable.
En Bulgaria la práctica no ha cambiado desde hace años. En la mayoría de los casos, en la cabina para la votación junto con el invidente entra su asistente que rellena la papeleta en vez de él, lo que priva al invidente del secreto del voto. La persona discapacitada tiene la confianza de que la cajilla será rellenada según su deseo y como lo ha declarado ante su asistente. Esta situación lo coloca una vez más en la posición de una persona dependiente. Si en el último momento es necesario que haya un cambio con otro asistente legítimo, esto automáticamente priva al invidente del derecho a votar.
Existe la variante de una votación con una urna móvil y a la petición previamente depositada se aplica una copia que evidencia el estado de invalidez de la persona. Las visitas a casa se realizan por representantes de la Comisión Electoral Sectorial que deben garantizar el secreto del voto.
Únicamente la votación por Internet garantizaría el secreto del voto de los invidentes y les daría la posibilidad de participar activa e igualitariamente en el proceso electoral, siempre y cuando esto se haya hecho de una manera accesible para ellos. Hasta entonces lo que les queda a los invidentes es contar con la cooperación de asistentes de confianza o esperar tiempos mejores.
“Debería encontrarse una manera universal de la votación de modo que todas las personas con discapacidades y no solo, puedan ejercer su derecho a voto”, dice Evgueni Mitev de la Fundación Sinergia que llama la atención a los problemas de los invidentes en Bulgaria.
Si para la mayoría de las personas las elecciones se parecen a un paseo por la ciudad el domingo para reunirse con amigos, para las personas con bastón blanco las elecciones son otra limitación de sus derechos y un nuevo motivo que despierta profunda indignación.
“Me informo de los mensajes de los políticos de Internet, la televisión y la radio. En general sigo los partidos políticos y qué es lo que quieren decirnos pero veo que no hay ningún debate y los problemas son muchos y no nos afectan solo a nosotros, las personas con discapacidades”, dice Valcho Panayotov. Él es una persona invidente de Sofía, en edad laboral y tiene una activa posición civil.
“Lo que me preocupa es el medio inaccesible. Es un gran problema ya que no siempre se puede hacer algo de manera independiente, a veces uno afronta problemas al hacerse un café en casa por la falta de tecnologías para los invidentes. Las personas como Valcho Panayotov desean que se opere un cambio y creen que éste sucederá si los ciudadanos son activos y votan, “necesitamos un gobierno permanente ya que recuerdo muy bien que desde 2021 a la parte nosotros votamos, pero esto no cambia nada y los problemas no se resuelven. No sé cómo procederán los demás, pero yo mismo no sé si votaré en estas elecciones”, dice Valcho y continúa:
“La causa por la cual no quiero votar es, en primer lugar, porque necesito de un asistente para ir al colegio electoral. Con frecuencia veo obstáculos por parte de los miembros de las comisiones electorales. En julio, en las elecciones anticipadas anteriores, me negaron el derecho a voto. Resultó que al asistente le hace falta le hace falta un certificado para una persona concreta que acompaña. Esta condición nos limita muchísimo y a fin de cuentas nosotros nos negamos a votar. En segundo lugar, está el hecho de que mi voto no es secreto. Tengo que decirle a mi asistente a quién quiero votar y él debe rellenar las cajillas en la papeleta. Esto significa que debe acompañarme un asistente que tenga las mismas ideas políticas que las mías. Si somos de partidos diferentes cómo puedo estar seguro de que él respetará mi voto. Cuando fue implementada la votación por máquina creía que algo iba a cambiar para nosotros, los invidentes. Esto no sucedió y a través de las máquinas se puede ayudar mucho a los invidentes. Esto podría suceder con un software parlante y los invidentes podrían recibir instrucciones, o mediante un teclado digital donde los invidentes tecleen el número del partido al cual desean votar. Es muy simple pero no se pudo realizar”.
Fotos: Pixabay, BTA, Mila Mladenova-BNR, Kristina Ruseva-BNR-Stara Zagora, Archivo personal de Valcho Panayotov
Versón al español de Hristina Táseva
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