La Comisión para la Desclasificación de los Expedientes Secretos ha presentado su nueva colección de la serie “Los Archivos de Seguridad del Estado”. Esta decimoquinta colección desvela la actividad del Departamento ХІV adjunto a la Primera Dirección Principal de Seguridad del Estado. En la primera sección de la publicación se presentan documentos que describen la estructura, los funcionarios o agentes, los planes y los informes en el departamento. La segunda sección informa sobre las actividades operativas de investigación en el área de la cultura y la historia sobre todo en Grecia, Turquía, Yugoslavia, Rumania y el Vaticano. La tercera describe los objetos de valor cultural e histórico adquiridos mediante las actividades de esta investigación e incluye también informes presentados ante Lyudmila Zhivkova, la hija de Todor Zhivkov, dirigente del partido y del Estado en aquel entonces. En los informes hay también información sobre el valor de los objetos adquiridos. La última, cuarta sección “Sitios objeto de infiltración de agentes” presenta documentos de dos de las operaciones más importantes relacionadas con los sitios “La Isla” (la Biblioteca Apostólica del Vaticano) y “La Ciudadela” (el Monasterio de San Georgi Zograf en el Monte Athos) y la adquisición de Historia eslavo-búlgara de Paisii de Hilendar.
En palabras de Tatiana Kiriakova, directora de la dirección de estudio de los documentos en la Comisión, el Departamento ХІV, adjunto a la Primera Dirección Principal de Seguridad del Estado, no tiene análogo en ningún país del llamado Bloque del Este:
“No existe semejante departamento ni siquiera en la KGB. Una de las razones por las que éste provoca un interés tan grande es que estaba supervisado personalmente por el ministro del Interior. El departamento fue creado en 1972, inmediatamente después de una decisión del Secretariado del Partido Comunista Búlgaro del 5 de abril del mismo año, en la que entre las tareas principales del partido y del Estado se señalaba la búsqueda, la protección y la gestión de monumentos culturales e históricos búlgaros que se encuentran en territorio de otros países. En aquella época, Ludmila Zhivkova era vicepresidenta del Comité para el Arte y la Cultura, y luego se convirtió en su presidenta. En el Departamento existían tres grupos de tareas principales. La primera era la adquisición de objetos, patrimonio y documentos de valor cultural e histórico. La otra tarea era la infiltración en institutos extranjeros, en centros científicos, con el objetivo de atraer a agentes que servirían a las tareas estratégicas del Estado con el objetivo de proteger a los países socialistas y su causa. Había también tareas relacionadas con atraer a científicos para servir a los intereses de la política búlgara”.
De los documentos queda claro que cada año se rendían cuentas sobre la actividad. Llama la atención que los agentes se centraban sobre todo en la adquisición de patrimonio, documentos y objetos históricos, y la tarea ideológica quedaba en segundo plano. Esto es así porque los colaboradores secretos eran en realidad científicos de diferentes áreas. Lo interesante es que nadie se negaba a colaborar en este tipo de tareas.
Estas operaciones se organizaban, sobre todo, mediante la creación de institutos de investigación científica en Bulgaria y en el extranjero, dirigidos por completo por agentes y jefes de ese Departamento adjunto a Seguridad del Estado. Una de las organizaciones se llamaba “Amantes de la naturaleza y la búsqueda de monumentos históricos de las luchas del pueblo búlgaro”. Su objetivo principal era reunir información sobre dónde hay objetos de valor histórico para Bulgaria y luego hacer todo lo posible para traerlos a nuestro país.
“Esta colección contiene documentos excepcionales que revelan no sólo las actividades del departamento, sino también contiene pruebas sobre los objetos de valor histórico encontrados”, señala Evtim Kostadinov, presidente de la Comisión. “Lamentablemente, estos objetos de valor histórico, que evidentemente no fueron adquiridos de manera legal, no pueden ser presentados ante la sociedad. Ese departamento desarrollaba una actividad de gran envergadura, en él trabajaban personas de alto nivel intelectual que han contribuido de alguna manera en proteger nuestro patrimonio cultural e histórico. El problema es que los objetos que esas personas han encontrado no pueden ser expuestos.”
Versión en español por Ruslana Valtcheva
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