Uno sueña con dar la vuelta al mundo pero por regla se pregunta: ¿no debería acaso terminar primero los estudios, amasar fortuna, esperar que crezcan los hijos, etc.? Son barreras que nos inventamos hasta que con el tiempo nuestros sueños juveniles se conviertan en meras ilusiones. ¿Por qué no olvidar los condicionamientos, repartir el patrimonio que se tiene entre los demás para no tener que cargar con él en bolsas o en la mente, y lanzarse a la aventura, sin más? Posiblemente es que esto suene poco realista, pero hay un joven búlgaro de Crimea, un tal Viacheslav Stoyanov, que lo ha hecho realidad.
“La bicicleta es el mejor medio de locomoción para viajar. Te ofrece toda la libertad del mundo: puedes parar en el lugar y en el momento en que lo desees, puedes seguir los carriles bici o circular por las calles de una ciudad, puedes combinar la bici con viaje en autobús o en avión”. Al parecer, tiene razón, a juzgar por los kilómetros que ha recorrido: más de 70 mil.
Parte de sus viajes como, por ejemplo, los recorridos que hizo del Mediterráneo y del Mar Negro, estuvieron dedicados a su causa, que es la protección del medio ambiente. “El mar es de todos. Si uno de los países limítrofes de determinado mar no cuida de preservar la naturaleza, el agua marina hace que este problema se vuelva común de todos los demás países de la región. Por esto los países deben unir fuerzas en este sentido”, asevera Viacheslav.
En su opinión, el problema de los residuos se debe a la falta de información sobre los daños que los humanos causamos a la naturaleza. He aquí su narración sobre el recorrido que hizo en la zona del Mar Negro.
“Partí con la idea de que deberíamos reciclar los residuos, pero me di cuenta de que es muy pronto hablar de esto ya que la gente no ha aprendido aún a reflexionar sobre este tema. Antes de reciclar los residuos deberíamos reciclar la mentalidad de la gente y hacerla pensar en el medio ambiente. En lugar de esperar que otros hagan el trabajo, deberíamos ocuparnos nosotros mismos de los cambios y no criticar a los demás sino cambiar nosotros mismos. Al cambiar nuestra forma de ser, aportaremos a que el mundo sea más limpio”.
Viacheslav comenta que con frecuencia emprende camino solo porque pocas personas se inclinan a renunciar a la vida confortable en aras de la aventura y el conocimiento del mundo. Sin embargo, en el camino suele encontrar a correligionarios. Los mejores momentos de la vida son aquellos en que compartes el viaje con otras personas, que te son similares.
Naturalmente hay también momentos que Viacheslav evoca con una ancha sonrisa. En cierta ocasión, mientras se bañaba en un lago en Abjasia, unos ladrones se apropiaron de su bicicleta y todo su equipaje, y él echó a correr en pos de ellos totalmente desnudo. Se aprovechó de la confusión que causó en los ladrones, logró extraer su billetera y pagó un rescate para recuperar la propiedad sobre la bicicleta.
¿A qué principios se atiene este joven aventurero cuando está de viaje?
“La norma principal es que, al entrar en un país que no es el tuyo, reprimas tu ego y sepas que no significas nada para ese país y que no puedes tener pretensiones. La segunda regla es que, ocurra lo que ocurra, mantengas tu actitud positiva. Siendo sonriente, siempre atraerás lo positivo hacia sí”, explica Viacheslav.
No hace mucho él regresó de un viaje a Nepal. ¿Cuáles son sus impresiones de aquel lugar, al que la gente suele dirigirse en busca de lo espiritual?
“No diría que fueron múltiples mis encuentros con lo espiritual allí. Mis expectativas eran mayores pero Nepal es un país turístico y los turistas suelen modificar el modo de pensar de la gente local. Todo se vuelve negocio. ¿Qué fue lo que más me impresionó? Procurábamos vivir con la gente local, entender su modo de pensar, sus hábitos, costumbres y cultura. Entendimos que para ellos el ego es algo perjudicial. No desean destacar su ego para aparentar ser algo más de lo que son. La mayoría de la gente vive en la pobreza pero no se queja. En dos meses no presenciamos ningún episodio asociado a reacciones negativas”.
Nada más volver de este viaje, Viacheslav se prepara para el siguiente. Ahora se dispone a emprender una aventura de dos años, que arrancará en junio desde Alaska. Se propone recorrer 60.000 kilómetros por América del Norte y del Sur, y el tema central también en esta ocasión será para él la preservación ambiental.
Versión en español por Raina Petkova
Fotos: Archivo personal
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